Capítulo 134
Emparejada
CapÃtulo 134
(Punto de vista de James)
Mi reunión con Joey, Jessica⦠y su invitado sorpresa⦠acabó durando horas.
HORAS.
Esa es la cantidad de información que tenÃan que compartir conmigo. Quién lo iba a decir, los lobos que tenÃan más respuestas y que más podÃan ayudarme habÃan estado delante de mis narices todo el tiempo. Si pensaba que mi mundo explotó la noche que leà el archivo de la manada de Lily, estaba equivocado. Mi mundo realmente explotó esta noche.
Salà de la reunión entumecido, sin saber adónde ir ni qué hacer. Mi corazón y mi
cabeza estaban completamente destrozados.
QuerÃa dormir, pero no me atrevÃa a volver a casa. Deseaba justicia, pero sabÃa que tenÃa que jugar mis cartas lenta e inteligentemente. Ansiaba a Lily, pero sabÃa que tenÃa mucho trabajo por delante para hacerme digno de ella. Deseaba la paz, pero sabÃa que eso serÃa ilusorio durante un tiempo.
Sin saber qué más hacer, salà de la casa de Joey y Jessica y empecé a caminar por nuestro territorio casi sin rumbo. Pasé por delante de negocios, casas, edificios y
parques.
Vi fotos y recuerdos de Stephanie por todas partes. Y, por primera vez, me fijé en unos cuadraditos rosas. M*erda, habÃa tantos cuadrados rosas. ¿Cómo no me
habÃa dado cuenta antes? ¿Cómo no me habÃa dado cuenta de todo antes?
Y pensar que en el pasado reciente me habÃa preocupado de si la manada de la Montaña Occidental podrÃa aceptar a Lily como mi Luna. Diosa, ¿qué estúpido era? No tenÃa ni idea de que me habÃa hecho una pregunta totalmente equivocada. Por supuesto, la manada de la Montaña Occidental aceptarÃa a Lily; muchos miembros de la manada ya la veÃan como su protectora y su salvadora potencial. La pregunta que deberÃa haberme estado haciendo todo este tiempo era si la manada de la Montaña Occidental podrÃa aceptarme como su alfa.
Por desgracia, seguÃa siendo una incógnita.
Perdido en mis pensamientos, me dirigi hacia mi cascada mientras las revelaciones de la noche anterior seguÃan repitiéndose en mi cabeza.
**ESCENA RETROSPECTIVA***
âAdelante, cuentenme másâ, les dije a Joey y Jessica. âEstoy preparadoâ.
â¿Qué te gustarÃa saber ahora?â, preguntó Jessica.
âLily. Por favor, dime cómo está involucrada Lily en todo estoâ.
Antes de que Jessica pudiera responder a mi pregunta, oÃmos un par de golpes en la puerta trasera. Joey gritó a quienquiera que fuera que entrara. Mis ojos se abrieron curiosos al ver entrar a su invitado. â¿Dr. Miller?â.
âJamesâ.
Miré a Joey y a Jessica. Ninguno de los dos parecÃa sorprendido de verlo.
âLo vinculé mentalmenteâ, explicó Joey.
â¿Por qué?â.
âPorque fui yo quien inició el movimientoâ, respondió el doctor Miller por Joey.
Se sentó en el extremo opuesto del sofá en el que yo estaba.
âPensé que podÃa darte la mayor cantidad de respuestasâ.
â¿Por qué?â
â¿No quieres respuestas?â, preguntó el doctor Miller con fingido sarcasmo.
Sacudà la cabeza mientras me preguntaba en silencio si todos los médicos de hombres lobo eran unos m*lditos sarcásticos. âNo, quiero decir, ¿por qué serÃas tú quien inició el movimiento?â.
El doctor Miller suspiró mientras Jessica le tendÃa una taza de café.
âOcurrió por pura necesidad. La traición y sacar a tus padres del poder eran las cosas más alejadas de mi mente al principio. TenÃa pacientes y familias que luchaban por superar algunas de las cosas que habÃan vivido.
Creé un grupo semanal para compartir experiencias y apoyarnos mutuamente.
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15 BONUS
Eso era todo al principio y el grupo empezó siendo muy pequeño; sólo unas pocas familias.
Sin embargo, con el tiempo, cada vez más lobos se acercaron pidiendo ayuda o queriendo compartir sus historias. Cuanto mayor era el grupo y más coincidÃan las historias, más evidente resultaba quién era el responsable. Esto, a su vez, provocó un aumento de la ira en mà y en el propio grupo. Al final, todos nos dimos cuenta de que la mejor forma de apoyar a los miembros del grupo era ocuparse del problema. Y eso significaba eliminar el liderazgo de la manada. De ahà el nacimiento del movimientoâ.
Me pasé las manos por el pelo. âCreÃa⦠creÃa que eras amigo de mi padre. Sé que siempre ha confiado en ti y ha valorado tus opiniones. ¿Por qué planear un levantamiento violento en vez de hablar con él?â.
Incluso mientras hacÃa la pregunta, sospechaba que ya conocÃa la respuesta. Aun asÃ, necesitaba oir al Dr. Miller decirlo.
El Dr. Miller volvió a suspirar, pero esta vez lo hizo con una clara molestia. â James, tu padre era mi amigo. Durante mucho tiempo. En cierto modo, todavÃa lo considero un amigo. Fui al instituto con él, con tu madre, con Beta Robert y también con Margie. Estuve allà cuando se casaron; estuve allà cuando tú, Stephanie y Lily nacieron.
Pero a veces nuestros amigos no son quienes creemos que son. A veces nos ocultan partes de sà mismos. A veces también se esconden partes de sà mismosâ.
âSólo dilo de una vez, doctor Millerâ, le insistà con frustración. âNo me interesan los enigmas. Ya he tenido suficiente con el doctor Hyderâ.
El Dr. Miller me fulminó con la mirada. Por suerte, su mirada no era ni la mitad de intimidante que la del Dr. Hyder. Después de un momento, el Dr. Miller
continuó.