Capítulo 133
Emparejada
Capitulo 133
Suspiré âBien, Supongo que hasta ahora tiene sentido. Asà que, ahora dime por que los lobos están tan molestos que están dispuestos a derrocar violentamente el biderazgo de la manadaâ.
Jessica se puso de pie y comenzó a caminar. âCada uno tiene sus propias razones, sus propias historiasâ.
âCuéntame algunas. Necesito saberlasâ.
âNo sé si te has dado cuenta, pero Margie siempre ha estado un poco⦠rara. No sé si es una enfermedad mental o pura maldad o simplemente amargura y odio aislados, pero hay algo realmente malo en ella. Según tengo entendido por nuestros padres y otros que son mayores que nosotros, siempre ha hecho⦠cosas⦠pero los miembros de la manada normalmente podÃan evitar su ira si evitabas sus desencadenantes y te apartabas de su camino. Sin embargo, cuando Stephanie comenzó su entrenamiento de Luna, se hizo cada vez más difÃcil. Y luego, cuando Stephanie murió, fue como si todo se acabaraâ
âNo entiendo. Dame algunos detallesâ.
â¿SabÃas que Margie odia a Luna Jane?â, me preguntó Jessica.
âMargie no odia a mi madre. Han tenido algunos problemas en el pasado, pero siguen siendo mejores amigasâ.
âNo, no lo son. Al menos no en lo que respecta a Margieâ.
DirigÃa Jessica una mirada interrogativa. âDurante años, Margie ha socavado regular e intencionadamente a Luna Jane con el personal. Por ejemplo, digamos que Luna Jane estaba planeando un evento y ordenó al personal que pidiera servilletas rojas y rosas blancas. En cuanto Luna Jane salÃa de la habitación, Margie contradecÃa todas las instrucciones de Luna. Cambiaba las servilletas por rosas y las rosas por amarillas. Eran pequeñas cosas, pero consistentes y calculadasâ.
â¿El personal nunca se lo dijo a mi madre?â.
âOh, al principio sÃ, pero Margie le recordaba a Luna Jane que en realidad ella
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misma habÃa querido las servilletas rosas y las rosas amarillas, y Luna Jane cedÃa inmediatamente. Era como si Luna Jane se sintiera impotente para decir que no a cualquier cosa que quisiera Margie. Al final, el personal dejó de preguntarle a Luna Jane y empezó a hacer lo que Margie querÃaâ.
â¿Y cómo sabes esto?â.
âPorque algunos de esos primeros miembros del personal son parte del movimientoâ.
âSeguro que no estás diciendo que los miembros de la manada están dispuestos a derrocar a los lÃderes de la manada por el color de las servilletas y las rosasâ.
âNo, por supuesto que noâ, confirmó Jessica. âPero tienes que entender que cuando el personal presenció ese tipo de interacción entre Luna Jane y Margie, transmitió un mensaje muy claro sobre quién estaba al mando. Y quedó muy claro que a Margie no habÃa que oponérsele nuncaâ.
â¿Y?â.
âY con Margie al mando, los lobos salÃan heridos. Muchos de ellosâ.
âDe nuevo, necesito algunos detallesâ.
âEmpecemos por algo pequeñoâ, sugirió Joey. âDespués de la muerte de
Stephanie, como sabes, Margie quiso que se colgaran fotos conmemorativas de Stephanie por toda la manada, en todos los negocios y en todos los edificios importantesâ.
âAjáâ.
âY al principio, a la mayorÃa de los lobos les pareció bien hacerlo. Muchos no tenÃan idea de lo malvada que era Stephanie en realidad. Comprendieron que Stephanie era nuestra futura Luna y que debÃamos respetar su memoriaâ.
âNo sé adónde quieres llegar con estoâ.
âAl principio estaba bien. Pero con el tiempo, los miembros de la manada quisieron quitar los carteles y los monumentos.TenÃan productos que querÃan promocionar, o tenÃan sus propios seres queridos a los que querÃan recordarâ, continuó Joey
âValeâ¦â.
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âPero Margie no querÃa ni oÃr hablar de ello. Dejó claro que cualquiera que moviera o quitara sus homenajes a Stephanie serÃa severamente castigadoâ.
Jessica tomó la mano de Joey. âUna pareja en particular perdió a su cachorro de cinco años en un accidente de coche hace un par de añosâ.
â¿La familia Hoffman?â pregunté.
Jessica asintió. âComo sabes, tienen una tienda de sándwiches a unos diez minutos de la casa de lobos. Tras la muerte de su hijo, sacaron su foto y la colocaron en el mostrador junto a la caja registradora, donde antes tenÃan la foto de Stephanie. No la quitaron del todo, sino que la colocaron en una pared cercana. Margie llegó unos dÃas más tarde y vio que habÃan cambiado de sitio el cuadro de Stephanie. Exigió que lo pusieran de vuelta. Los Hoffman estaban afligidos y molestos por su cachorro y se negaron a la petición de Margie. Dijeron que honrarÃan a su hijo como quisieran. Tres dÃas después, tres guardias a sueldo de Margie se presentaron en la tienda a las 10 de la mañana, justo antes de que abrieran al público. Los guardias dijeron que tenÃan órdenes de incendiar toda la cocina de su tienda. Los Hoffman tuvieron que sentarse a ver cómo ardÃa todo su medio de vida, mientras los guardias los retenÃan. Tardaron meses en reconstruir y no recibieron ninguna compensación ni ayuda de la manada para hacerloâ.
Me apreté el pecho al recordar lo que habÃa oÃdo sobre el incendio. No tenÃa ni idea de que habÃa sido provocado intencionadamente y mucho menos por orden de Margie.
â¿A esto le llamas empezar de a poco?â, pregunté con incredulidad.
Jessica y Joey fruncieron el ceño. âSÃ. ¿Estás seguro de que quieres que sigamos?â.
Sacudà la cabeza. âNo, no lo estoy. Pero no creo que tenga elección ahora. Por favor, continúaâ.
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