Capítulo 79
Se Volvió Loco Tras Mi Muerte ( Violeta and Maurino )
Capitulo 79
Adrián asintió con una convicción que no dejaba lugar a dudas. Y solo con ese gesto, Violeta sintió que todo valia la pena.
Al salir Adrián, Violeta observó las golosinas dispersas sobre la cama: palomitas de maiz, chips de chocolate y más, pero a él no le importarÃa si se caian.
Violetaâ, la llamó Valentina al entrar. Llevaba el cabello suelto y un vestido sencillo que, sin ser espectacular, le sentaba bien. âValentina? ¿Qué haces en casa de Adrián?â
Valentina sonrió y se sentó a su lado. âComo mi casa está en renovación, nos mudamos hace poco y por casualidad, es al lado de Adrián.
Vine a comer algo, ¿y tú? ¿Paso algo en casa?â
Recordando que en la vida pasada Valentina habÃa sido la esposa de Adrián, Violeta se sentia incómoda y evitaba mirarla, no querÃa hablar de sus asuntos. PreferÃa guardar silencio.
âNo te preocupes si no quieres hablarâ, dijo Valentina. âBaja a comer, la comida está lista y si sigues con las golosinas no podrás con la cena. ¿Quieres más? Si no, las guardo, se humedecen fácil.â
âGuárdalasâ, dijo Violeta.
La chica ató las bolsas con destreza y las metió en una caja de madera, moviéndose con la familiaridad de quien conoce bien el lugar. Es tu primera vez aquÃ?â
Violeta no respondió.
Valentina, con aire de anfitriona, llenó un vaso desechable con agua de una jarra roja para Violeta. âSomos compañeros, no hay que ser timidas con Adrián, siéntete como en casa. Quédate aqui, voy a ver si él necesita ayuda y luego comemos todos juntos.â
Cuando Valentina se fue, Violeta se quedó sola, pensando sobre su relación pasada con
Adrián
que le
Se sentó en la cama, bebiendo el agua que Valentina le habia servido y notó el libro qu habÃa comprado a Adrián. Sonriendo, lo abrió y encontró una hoja de arce como
marcador.
âEste tontoâ, murmuro con cariño.
Al pasar la página, Adrián volvió al lugar donde habÃa dejado su lectura, usando una hoja de palma como marcador, en medio del libro.
Violeta estaba sentada en la cama, aburrida también. Después de calzarse y levantarse, tomó algo de comer y su estómago ya no le dolia tanto. La última vez que vino, llegó
demasiado tarde para explorar la casa.
Adrián y Valentina estaban ocupados en la cocina. Aunque Violeta habÃa cocinado para Maurino, su habilidad en la cocina dejaba mucho que desear; la mayorÃa de las veces, su hermano traÃa comida de afuera.
ParecÃa que no habÃa nacido con habilidades culinarias. Según Maurino, ni siquiera la madre de Violeta era buena cocinera; en su casa era el padre quien cocinaba.
Qué lástima, desde que nació, nunca habÃa probado la comida hecha por su padreâ¦
Cuando llegó la hora de la comida, habÃa unos cuantos platos más en la mesaâ¦
Eran los mismos platos que Adrián habÃa preparado para el cumpleaños de Violeta la última vez.
Ya en la mesa, habÃa varios platos que Adrián le habÃa preparado en su cumpleaños.
El chico sirvió sopa en un bol. âBebe un poco. Después de comer, te prepararé unas hierbas medicinales. ¿Sabrás cocerlas?â
Violeta respondió con sinceridad: âNunca lo he hecho, pero no deberÃa haber problema.â