Chapter 34
Una Mirada que Se Convirtió en la Eternidad novela completa
CapÃtulo
Malte se quedó paralizada de repente.
Cristina insistió en abortar antes, dijo que querÃa terminar con Liam.
Pero luego, cuando el bebé no se aborto, y no estaba seguro si era por el bebé, la cuestión quedó en el
olvido.
En resumen, durante este tiempo, ella apenas mencionó a Liam.
¿Por qué de repente lo mencionó hoy?
â¿Ese desgraciado de Liam hizo algo inhumano de nuevo?â
Maite la miró, â¿Es por Ashley?
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Cristina negó con la cabeza, âSiempre he tenido esa idea.â
Solo que antes, por varias razones, no habÃa podido dejarlo.
Ya sea Julián, los gastos médicos de su madre o el bebé que llevaba ahora.
Todos eran preocupaciones para ella.
Los gastos médicos de su madre, de hecho, habia estado ahorrando durante varios meses.
Pero ahora, con el bebé, no podÃa asegurar que podria encontrar trabajo inmediatamente después de dejar a Liam.
Además, el cuidado y la crianza del niño requeririan mucho tiempo y no tenia suficientes ahorros, lo que la hacia aún más difÃcil mantenerse.
Por eso, insistia en quedarse junto a Liam. Observaba cómo él era cariñoso con Ashley. Y también cómo él era indiferente con ella como siempre.
Pensó que podrÃa resistir por el bien del niño.
Resistir hasta que pudiera irse sin preocupaciones. Resistir incluso si no le importaba ver a Liam en la cama con Ashley.
Pero ahora se daba cuenta de que era demasiado dificil.
Pensaba que ya estaba curtida y fuerte.
Pero Liam siempre encontraba la manera de desestabilizarla y hacerla sufrir.
â¿Estás segura de lo que quieres?â
Maite frunció el ceño.
Aunque siempre habÃa dicho que Liam era un desgraciado.
Pero en su corazón, todavÃa tenia la esperanza de que Liam se enamorara de Cristina.
Después de todo, ya iban a tener un hijo, y lo mejor para el niño serÃa tener a ambos padres.
Además, lo más importante era que Cristina aún tenÃa que tanto por la medicina.
Más de doscientos mil al mes.
Si dejaba a Liam, los gastos la asfixiarian, ¡y ahora hay un niño de por medio!
Después de que Cristina abandonó la idea dejar a Liam, Maite tampoco volvió a mencionarlo.
Después de todo, ese niño era producto de Liam.
No era justo que su buena amiga se llevara todo el peso y él no tuviera ninguna responsabilidad. Asi que pensó que estarÃa bien que Cristina se quedara con Liam.
Tomar su dinero y acostarse con él.
Solo le molestaba un poco su primer amor que aparecÃa de vez en cuando. Pero mientras Cristina no lo tomara en serio, no serÃa un gran problema.
Al pensar en esto, Maite se quedó paralizada de repente.
Agarró el brazo de Cristina.
Cristina se volvió hacia ella. Maite frunció el ceño. ¿Te has enamorado de Liam?â
La expresión en el rostro de Cristina se congeló.
Nunca habla hablado con nadie de que le gustaba Liam.
Ni siquiera con Maite.
Y Maite siempre habÃa pensado que, entre Cristina y Liam, solo habÃa una transacción de cuerpo y dinero.
Cristina sonrió, â¿Cómo podrÃa? ¿Enamorarme de él? Seria buscarme problemas,â
Maite no estaba completamente convencida, pero aun asà le recordó.
âCris, en una relación basada en dinero, lo peor que puedes hacer es mezclar los sentimientos.â
Cristina sonrió amargamente, âLo sé.â
Maite tenÃa asuntos que atender por la tarde, asà que no se quedó mucho tiempo.
Después de separarse de Maite, Cristina fue al hospital.
La situación de su madre era la misma de siempre.
Cristina estuvo allà un rato antes de salir.
Al salir, algunas enfermeras estaban charlando.
âEs muy guapo, dicen que ese hombre es muy rico.â
âSÃ, sÃ, dicen que es de los Collins.â
â¿Creen que están saliendo?â
â¿Quién sabe? Pero me parece que hacen buena pareja
Cristina se detuvo bruscamente.
La mención de âlos Collinsâ captó su atención.
Se acercó sin darse cuenta.
âSeñoras ¿de qué están hablando?â
Una de las enfermeras rápidamente le pasó su teléfono a Cristina.
âMira, estamos hablando del último chismeâ.
Cristina tomó el teléfono y echó un vistazo.
En la pantalla del teléfono, habÃa una foto de Liam y Ashley juntos.
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Ambos asistieron al festival de arte que se celebraba en Nueva York.
Los dos, como dijo la enfermera antes, parecian muy bien juntos.
Resulta que en estos dÃas él no ha estado disponible, ha estado con Ashley en el festival de arte. Cristina se sintió un poco masoquista consigo misma.
¿Por qué habia preguntado? Sonrió y devolvió el teléfono a la enfermera, sin quedarse ni un momento más en el hospital.
No eran pocas las mujeres que se encontraban alrededor de Liam, y claro está, no faltaban pequeñas estrellas.
Pero Liam nunca habÃa permitido se le relacionara con ninguna estrella en un escándalo.
Liam nunca solia participar en estos eventos.
Mucho menos aparecer frente a las cámaras.
Esta era la primera vez.
Cristina sonrió amargamente, parecia que el primer amor realmente era algo especial.
El hecho de que aparecieran juntos tan abiertamente hizo que Cristina recordara de repente las palabras de Caleb.
Se sentÃa como una ladrona que habÃa robado el lugar de alguien más, vil y deshonrosa.
Cristina tomó el autobús para regresar a casa.
Al bajar, desde lejos vio a Julián.
Julián llevaba una botella de licor en la mano y se tambaleaba mientras estaba sentado en la entrada del complejo residencial.
A cada persona que pasaba, les preguntaba: ¿Conoces a Cristina?â
Cristina se detuvo bruscamente y se escondió detrás de un árbol cercano.
Escondida detrás del árbol, Cristina tenÃa la cabeza llena de pensamientos.
¿Por Julián la estaba buscando de nuevo? ¿Ya gastó todo ese dinero que le habia dado? Apoyada en el árbol, respiró hondo y tomó su teléfono para llamar a la administración del edificio.
Pero la respuesta que recibió de la administración fue que habÃan ido varias veces a echarlo, pero Julián se negaba a irse.
Y como solo estaba preguntando por Cristina en la entrada, no habÃa hecho nada más, por lo que no se justificaba llamar a la policÃa.
Mientras Cristina dudaba si salir o no, su celular de repente sono.
Era una llamada de Mia.
Respiró hondo antes de atender.
âDirectora Bennett, el presidente Collins le pide que prepare sus cosas. Pronto vendrá un conductor a buscarla, necesita hacer un viaje de negocios a Nueva York.â
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Cristina frunció el ceño al instante.
â¿Me puede decir por qué debo ir a Nueva York?â
La voz de Mia segula siendo calmada, âEl presidente Collins no lo especificó, quiere que usted vaya.â
Cristina no queria ir.
Liam estaba claramente acompañando a Ashley al festival de arte en Nueva York, ¿para qué querÃa que ella fuera?
¿Para qué observara cómo se juntos en
tenia interés en eso.
â¿Puedo no ir?â, preguntó Cristina.
Mia respondió, âEl presidente Collins dice que, si usted no quiere ir, necesita dar una razón válida y justificada.â
Cristina se quedó en silencio.
No tenia ninguna razón convincente y razonable.
Liam era su jefe, y si él querÃa que ella viajara por negocios, realmente no tenia ninguna excusa válida
para negarse.
âMe siento â
Mia guardó silencio por dos segundos, âProbablemente eso no sea suficiente. El presidente Collins que su salud no le impedirá el viaje de negocios y, además, usted no asistió al chequeo que él le habÃa programado, asà que se asume que no es nada serio.â
Cristina guardó silencio por un momento. Hace unos dias Liam realmente habia programado una cita con su médico personal para que le revisaran el estómago.
Pero ella no habÃa ido..
Pensó que Liam no lo tomarÃa en cuenta pero al parecer lo estaba esperando.
âEntendido, no necesito preparar nada, simplemente mande el auto a buscarme.â
No fue sino hasta que estuvo en el avión que Cristina se relajó un poco.
No sabÃa para que Liam la habÃa llamado.
Tampoco tenÃa claro por qué Julián habia venido a buscarla.
Cristina estaba sentada en el avión, con la mente revuelta.
Cuando el avión aterrizó en Nueva York, ya eran las ocho de la noche. Al salir, alguien la estaba esperando llevarla en auto.
Cuando al hotel donde se alojaba Liam, ya eran las diez de la noche.
Liam sentado en el sofá con la camisa desabrochada dos botones.
Sus largas piernas estaban perezosamente estiradas, sostenia unos documentos en la mano y los hojeaba con calma.
Al escuchar el ruido, levantó la cabeza y se encontró con la mirada de Cristina
âPresidente Collins.â
Cristina entró y lo saludó.
âSiâ, respondió Liam antes de volver a bajar la cabeza para leer los documentos âVe a ducharte.â
Cristina no se movió.
El ceño de Liam se frunció.
âNo tengo ropa.â
Liam soltó una risita, â¿Viniste tan apurada que ni siquiera tuviste tiempo de empacar ropa
Cristina tuvo que asentir con la cabeza a regañadientes, âSi. Después de todo, han pasado dos dÃas. desde que lo vi.â
Liam sonrio de una manera que no se sabÃa bien significaba, âVe a ducharte, mandaré que te traigan ropa.â
âDe acuerdo.â
Cristina salió de la ducha y vio que ya habÃan dejado varias mudas de ropa al lado de la cama.
Tomó las prendas y las colgó en el armario; luego, miró la mesita al lado de Liam y se acercó para prepararle una taza.
âPresidente Collins, ¿por qué me trajiste aquÃ?â
Le ofreció la taza de té, pero Liam no la aceptó. En cambio, agarró su muñeca.
âHoy viste a Caleb, ¿verdad?â