Chapter 94
Resistiendo al amor de Mi Ex-Marido
CapÃtulo 94 Después de almorzar con su abuelo, Bella condujo de regreso a Ciudad Dragón.
Al bajar del auto con sus compras del dÃa anterior, se encontró con una visita inesperada en la sala: Claudia. Claudia estaba sentada con las piernas cruzadas, disfrutando de una taza de té de flores y hojeando una revista de moda, pareciendo bastante relajada.
-Señora, la señorita Pérez vino y dijo que querÃa esperarte, informó Fiona.
-Finalmente has regresado, ¡te he estado esperando por mucho tiempo! -dijo Claudia, dejando la revista a un lado.
Bella indicó a Fiona que se ocupara de otras cosas y preguntó a Claudia: -¿Qué haces aquÃ? El tono poco amistoso de Bella no le gustó a Claudia. -Después de tantos dÃas, ¿ya has terminado de enojarte? ¿Quién crees que fue a enfrentarse con Anna para defenderte? No pido agradecimientos por eso, pero no esperaba quehablaras de esa manera.
-Bueno, escuché que también vas a asistir a la fiesta de Grupo Romero. Acompáña la peluquerÃa y elige un vestido. Iremos juntas cuando sea el momento, -dijo Claudia.
-No tengo la obligación de hacer todas esas cosas contigo, -respondió Bella.
Bella dejó sus cosas en el sofá. -Si mal no recuerdo, dijiste que nunca más vendrÃas a verme, ¿no? Puedes irte cuando quieras.
Claudia estaba a punto de enojarse, pero de repente el vestido que Bella habÃa comprado, y su rostro se iluminó de alegrÃa.
-¡Wow, este es el nuevo vestido de la temporada! He estado queriendo uno. ¿Por qué nodas este? AsÃahorro el tener que elegir.
Claudia intentó sacar el vestido para probárselo, pero Bella lo recuperó rápidamente y dijo frÃamente: -Si lo quieres, cómpralo tú misma. Este es mi vestido, ¿por qué deberÃa dártelo? Claudia la miró con incredulidad. -¿Por qué estás siendo tan mezquina? Antes, sigustaba alguna de tus prendas, siemprela regalabas. Antes, Bella valoraba la amistad con Claudia. Incluso si Bella tenÃa que renunciar a algo que le gustaba, siempre se lo regalaba a Claudia.
Pero ahora, Bella sentÃa que regalarle el vestido a Claudia era como tirarlo a la basura.
-El respeto proes algo bueno. DeberÃas revisar si todavÃa lo tienes cuando tengas tiempo, -dijo Bella. Después de esto, Bella tomó sus cosas y se preparó para subir las escaleras, pero Claudia la detuvo con una mirada frÃa. -¿De verdad estás pensando en terminar nuestra amistad? preguntó Claudia.
¿No has considerado quién ha estado ahà para ti cuando no tenÃas a nadie más? ¿Y quién te +15 BONUS ha dado consejos todos los dÃas cuando no podÃas conquistar a Pedro? ¿Qué pretendes con esto? Bella no pudo evitar refrse al escuchar las palabras de Claudia.
-Con esa actitud arrogante, cualquiera dirfa que fuiste mi prestamista en lugar de mi amiga de antaño.
-Te he acompañado como amiga, ¿y no has recibido nada de mà en todos estos años? No solo hablando de los negocios entre tu familia y la familia Fernández en el pasado, sino también cada vez que salimos, ¿quién siempre paga la cuenta? ¿Qué es lo que has deseado y yo no te lo he dado? -Claudia, no te debo nada. ¿Realmenteayudaste con Pedro operjudicaste? Solo tú lo sabes. Noimportan las cosas del pasado, pero ahora te pido que te vayas de inmediato y no vuelvas a molestarme.
Bella hablaba con frialdad, sin un ápice de humor en su tono. Claudia, por su parte, se puso roja y luego pálida por la furia.
-De acuerdo, asà que asà es comoves. Pues considera que mi bondad ha sido desperdiciada. Tomando su bolso, Claudia se marchó de la villa furiosa.
Bella suspiró suavemente. ParecÃa que nunca se podÃa ser demasiado amable con alguien, ya fuera un amante o un amigo..
De lo contrario, pensarÃan que tus sacrificios son algo que merecen.
Si un dÃa das menos o decides no dar, pensarán que no sabes apreciar lo que tienes.
Bella guardó las joyas en la caja idoX á fuerte, colgó el vestido y colocó ch perfde regalo para su abuela en una bolsa elegante, para dárselo en su cumpleaños.
Por la tarde, Bella y Clara estaban charlando por WhatsApp, yalven que ya era hora, Béla se dirigió al vestidor para probarse el vestido. Dejó su teléfono junto al espejo.
Estaba a punto de quitarse la ropa de estar en casa cuando recibió una videollamada de Pedro.
Era realmente mala suerte; justo en ese momento estaba cambiándose y no podÃa atender la llamada.
Sin pensarlo dos veces, rechazó la Se llamada y continuó desvistiéndose para buscar el vestido. Se quedó en ropa interior frente al espejo para comparar los vestidos. Sin embargo, notó que su teléfono estaba encendido y su rostro cambió repentinamente.
X