Chapter 88
Resistiendo al amor de Mi Ex-Marido
CapÃtulo 88 200 Bella guardó su teléfono. Hace un momento, habÃa mostrado accidentalmente su riqueza y sacado su tarjeta bancaria, todo para que Daniel viera su poder adquisitivo.
Con su codicia, seguramente no dejarÃa pasar la oportunidad de halagarla.
De esta manera, no tendrÃa que preocuparse tanto por Sara.
Además, Daniel claramente era un lacayo de Anna, tal vez pudiera usarlo en el futuro.
Bella compró dos conjuntos de vestidos de temporada más recientes en el centro comercial, junto con algunas joyas y varias piezas de oro.
Antes pensaba que el oro era bastante vulgar, pero ahora lo apreciaba.
Brillante y hermoso, no solo era estético sino también una inversión segura. En momentos crÃticos, se podÃa convertir en efectivo. No habÃa nada mejor que eso.
Mientras compraba con entusiasmo, Pedro llamó por teléfono.
Al ver su número, Bella se sorprendió. Recordaba que Pedro apenas la conectaba y mucho menos le llamaba primero.
-¿Sucede algo? -Bella desbloqueó la pantalla, -¿Te molesta que compre algunas piezas de oro? Por la mañanadijiste que podÃa comprar lo que quisiera.
Pedro pareció sorprenderse por un momento antes de responder: -Mi abuelo le gusta los tinteros antiguos chinos, encontré uno para él. Pero tengo muchos asuntos en este momento, asi que no puedo entregarlo. ¿PodrÃas venir a recogerlo más tarde? La preocupación de Pedro por los gustos de su abuelo era bastante inusual.
-OK, Bella aceptó rápidamente.
-¿Estás en el centro comercial? Pedro preguntó casualmente antes de que Bella colgara.
-SÃ, casi he terminado mis compras, -respondió Bella.
Pedro preguntó de nuevo casualmente, -¿Qué compraste? -Ropa, joyas y oro, dijo Bella.
-¿Visitaste las mismas tiendas que la última vez que fuiste al centro comercial hace unos dÃas? -No, la última vez Elena querÃa comprar ropa para su esposo, asà que visitamos la sección de ropa de hombre... - Bella se detuvo, sintiendo que algo estaba mal, -¿Por qué preguntas esto? ¿Necesitas algo? La voz de Pedro parecÃa haberse relajado un poco, -Haz lo que creas correcto, tengo una reunión ahora.
Bella no entendió lo que querÃa decir.
Era extraño.
De todos modos, Pedro apenas prestaba atención a las cosas que ella compraba anteriormente, asi que seria una pérdida de dinero.
Bella llevaba sus compras y se dirigió a Grupo Romero.
Al entrar al vestibulo, tanto la recepcionista como algunos empleados la saludaron cordialmente.
Bella de repente pensó que, mirándolo desde otro ángulo, el matrimono era tan era tan malo. Pedro era alto guapo, fico, no fumaba, no bebÃa, no jugaba, ni se prostituÃa, y no dependÃa financieramente de su esposa ni la maltrataba como algunos hombres.
En esta vida, su actitud hacia ella daba habÃa mejorado, le daba una tarjeta para ir de compras, e incluso recordaba ser filial con su abuelo. Aparte de tener una amiga intima de años, cumplÃa con los estándares de un hombre de calidad en todos los aspectos.
Tal vez pudiera conformarse con eso.
Mientras pensaba esto, el ascensor llegó a la oficina del CEO.
Cuando Bella golpeó la puerta y entró, a Anna también en la om oficina, sosteniendo una bolsa de regalo de alta gama, agradeciendo amablemente a Pedro: -Gracias en nombre de mi padre. X