Chapter 54
Resistiendo al amor de Mi Ex-Marido
CapÃtulo 54 Al escuchar las palabras de Fiona, Bella originalmente iba a decir -¿qué tiene que ver que se resfrie conmigo?, - pero luego pensó en cómo Pedro realmente la habÃa ayudado esta noche. Ser agradecido era importante en la vida, asà que Bella se la vuelta y entró en la habitación.
> Fiona esperaba con satisfacción.
Pronto, Bella salió con una manta delgada en la mano. -Aquà tienes, -dijo Bella entregándosela a Fiona.
Fiona la miró con desconcierto y preguntó: -¿La señora no va a ayudar al señor a subir a descansar? Dormir en el sofá en un dÃa como hoy podrÃa causarle un resfriado.
-Es un hombre fuerte, no se resfriará tan fácilmente, -respondió Bella levantando la manta.
Además, solo necesitas cubrirlo con esto.
Era una forma de expresar su gratitud.
Fiona aceptó la manta con dudas y dijo: -Pero señora, ¿no es esta la manta que solÃa usar para apoyar los pies en la silla? Bella, que solÃa andar descalza por casa y a veces usaba la manta para proteger la silla del sucio.
Ella respondió: -No importa, no está sucia. Además, no tengo otras mantas de repuesto.
Fiona miró las numerosas y limpias mantas en la cama y en las sillas, pero se detuvo antes de decir algo. -Esas son todas mis favoritas, ¿cómo podrÃa usarlas para Pedro? -Bella dijo.
-Pero...
No hay peros, -instó Bella, esta es la más adecuada, Fiona, jrápido, llévatela! Fiona se quedó indecisa en su lugar.
Al dÃa siguiente, al mediodÃa, en la oficina del presidente de Grupo Romero.
Miguel acompañó a Pedro de regreso después de la reunión en Banco de Inversión Rentilla y notó el cansanen su rostro, preocupado, le dijo: -Señor, si no se siente bien, descanse. primero. Si necesita algo, llámeme.
Pedro, sin decir mucho, entró en la oficina y a Manuel tumbado en el sofá jugando con su teléfono.
Al verlo, Manuel se levantó de golpe y se lanzó hacia él de manera exagerada.
-¡Amigo, por fin te veo! Te esperé todo el dÃa ayer y toda la mañana de hoy, jestás más ocupado que el presidente! +15 BONUS Cuando Manuel se levantó, una manta gris oscura cayó al suelo desde el sofá.
El rostro apuesto de Pedro se oscureció ligeramente. -¿Quién te dijo que podÃas usarla? Manuel se giró para mirar. -Esta oficina está muy frÃa, vi que tenÃas una manta en el armario, asà que la cogi para cubrirme.
Pedro miró a Miguel fuera de la puerta. -Llama a dos guardias de seguridad para que saquen a este hombre.
-¡Espera, espera! Manuel se acercó a Pedro y le hizo un gesto a Miguel para que se fuera.
Luego cerró la puerta de la oficina y miró a Pedro con una expresión de lamentación y confusión. ¿Qué he hecho para quetrates asÃ? Te llamé la noche antes de ayer y tu teléfono estaba apagado, no pude contactarte ayer, y ahora que finalmente te encuentro,haces quesaquen de aquÃ.
Pedro lo miró frÃamente y se sentó en el sofá individual con cierto cansancio.
Manuel se apresuró a seguirlo e incluso se preparó para sentarse, pero Pedro dijo frÃamente: Recoge eso.
-¿Qué? Manuel preguntó, y luego se cuenta de que Pedro querÃa que recogiera la manta de suefo. Aunque no entendÃa por qué, Manuel recogió la manta y la puso de nuevo en el sofá. -Vuelve a ponerla como estaba, desde donde la cogiste y cómo era originalmente, -dijo Pedro friamente.
Aunque Manuel obedeció de mala gana, también murmuró en voz baja: -¿Por qué te importa tanto? Es solo una manta, y ni siquiera es nueva. PodrÃa compensarte con un montón de mantas como esta...
Pedro se reclinó en el sofá y se masajeó nte las sienes hinchadas con los dedos, sin prestar atención las quejas de Manuel.
-¿Por qué pareces tan cansado? ¿No dormiste bien anoche? -preguntó Manuel, preocupado.
Después de dejar la manta en su lugar, Manuel abrió la puerta con confianza y llamó a la secretaria para que trajera té.
Luego, volviéndose hacia Pedro, preguntó: -¿Estuviste con una mujer anoche? O 2-Al recordar el mensaje de N hace dos dÃas, Manuel abrió mucho los ojos y dijo: -¿De verdad tienes una amante? X