Capítulo 235
Resistiendo al amor de Mi Ex-Marido
CapÃtulo235 ¿Regresar? Hablaba como si Villa Dragón fuera realmente su hogar, Ante la pregunta sin sentido de Pedro, Bella se rió frÃamente en su interior, sin decir nada y simplemente se fue. Fiona, que salÃa de la cocina, llamó apresuradamente:-Señora, za dónde va? ¡Aún no ha desayunado! -Tengo prisa, no voy a comer.
Dicho esto, Bella salió por la puerta principal.
Su hombro aún no habÃa sanado por completo y su mano estaba lastimada, por lo que le resultaba incómodo conducir.
Bella sacó su teléfono para pedir un taxi.
Pero Pedro también salió a grandes pasos, diciendo con expresión indescifrable: -Te llevaré a la casa de tu abuelo.
-No es necesario.
-También quiero visitar al abuelo y llevarle algo.
Bella ni siquiera pudo expresar su rechazo, ya que Pedro le una razón irrefutable.
En ese momento, Miguel sacó varias cajas de costosos suplementos, y Fiona le trajo dos cajas. de comida.
-Señora, aunque tenga prisa, no puede saltarse el desayuno. Dentro hay algunos pasteles, comelos un poco en el camino para llenar el estómago El conductor acercó el coche a ellos.
Ante esto, Bella no se resistió, dejando que Miguel colocara los regalos y su equipaje en el maletero, y tomando la caja de comida de Fiona, se subió al asiento trasero.
Pronto, el coche salió de Villa Dragón.
Dentro del coche, nadie hablaba, creando un ambiente algo extraño.
El conductor se concentraba en conducir en silencio, lo que resultaba más incómodo para Miguel.
Incluso se arrepintió de que el director Romero solo le hubiera pedido que sacara algunos regalos del armario, sin decirle que tenÃa que acompañarlos todo el trayecto.
¿Por qué no dejó los regalos y se fue con alguna excusa, en lugar de quedarse aquà en esta situación tan incómoda? Después de un rato, Miguel se cuenta de que la señora no iba a iniciar la conversación, y el director Romero tampoco parecÃa querer hablar.
No habÃa más remedio, tendrÃa que ser él quien rompiera el silencio.
+15 BONUS Asà que Miguel le recordó a Bella: -Señora, el desayuno se enfriará si no lo come.
Bella respondió con voz apagada: No tengo hambre ahora, comeré algo cuando llegue a la casa del abuelo. -¿Tienes anemia y no comes a tiempo? -Pedro finalmente habló.
Miguel suspiró aliviado, al menos el director Romero no lo dejó solo en esa incómoda conversación.
âSÃ, señora, este es un paquete especialmente preparado por el director Romero. Coma algo. -lo apoyo.
Bella perdió aún más el apetito al oÃr eso, y arrojó la caja de comida. No quiero comer.
(¡No, parece que dije algo equivocado!) Miguel se apresuró a cerrar la boca.
Mejor dejar que el director Romero y su esposa resolvieran sus propias diferencias, é realmente no podÃa ocuparse de eso.
Si seguÃa hablando, el director Romero probablemente lo mirarÃa con el ceño fruncido. Ser una ã»todo frs era persona decente, ser un hombre, Åer un asistente competente, tan difÃcil. Pedro percibió cierta impaciencia en las palabras de Bella, asà que se contuvo y no insistió más, en su lugar, le preguntó: -¿Por qué de repente quieres acompañar a tu abuelo a la provincia? Bella respondió con un tono indiferente: -Mi abuelo ya es mayor, notranquiliza que vaya tan lejos solo. -¿Por cuántos dÃas? -No lo sé.
Pedro respiró hondo y ajustó el tono: -Anoche, ¿por qué te fuiste sola? Miguel te dijo que te estarÃa esperando abajo. Bella: Nodi cuenta yequivoqué de camino. No tenÃa ganas de volver.
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