Chapter 2
Resistiendo al amor de Mi Ex-Marido
CapÃtulo 2 -Bella, basta. ¿Cuándo dejarás de armar escándalo?-le reprochó Pedro con la voz cargada de ira, pero con completa indiferencia a su persona.
Frente a su reproche, Bella se quedamente. Le parecÃa ridÃculo que ella era su esposa, pero la actitud de Pedro hacia ella era peor que la que le tendrÃa hacia una extraña.
-Pedro, no seas tan brusco con Bella-dijo Ana, cuando Bella abrió la boca para responder-. Bella, Pedro no fue especificamente a celebrar mi cumpleaños. Fue mi padre quien lo invitó a mi casa para disfrutar de una comida casera, porque no se habÃan visto en mucho tiempo. No. esperaba causar tal malentendido y que resultaras herida. Realmente siento mucho todo esto, por eso procedo a explicarlo todo. No te enfades con él.
Bella respondió con tono suave, le dedicó una cálida sonrisa y le pidió disculpas sinceras.
Bella recordó que hacÃa tres años, Anna también habÃa ido a casa y le habÃa dado la misma explicación. Sin embargo, en aquella ocasión, todo habÃa ocurrido en el dormitorio.
En aquel entonces, al escuchar las palabras de Anna y al verlos juntos como una pareja que encajaba perfectamente, al instante, se dejó llevar por los impulsos.
En ese momento, habÃa comenzado a gritar, con la intención de echar a Anna fuera de la casa, e incluso habÃa lanzado un jarrón de la mesilla de noche, lo que habÃa producido un corte en la cabeza de Anna y la mujer se habÃa desmayado..
Al ver eso, Pedro, muy furioso, habÃa llevado a Anna al hospital inmediatamente y habÃa cuidado de ella durante unos dÃas. Desde entonces, la relación entre ellos se habÃa vuelto más estrecha...
Sin embargo, las palabras que, tres años antes, hubieran enojado a Bella con facilidad, en este momento, no podÃan causarle ninguna emoción. Incluso sonrió con indiferencia y le respondió: -Gracias por su explicación, señorita GarcÃa, no estoy enfadada. Y ya que tu padre ha invitado a Pedro a cenar, apúrense, no lo hagan esperar.
se! Oyendo eso, Anna se sintió ligeramente aturdida, en verdad, no esperaba que Bella reaccionara de esa manera. Por su parte, Pedro frunció las cejas, ya que no entendÃa qué se traÃa su esposa entre manos.
Tiempo atrás, después de ser despreciada por él, ella siempre se habÃa dedicado a llorar y a gritar, pero en esta ocasión no solo no habÃa reaccionado de la misma manera, sino que, además, habÃa tomado la iniciativa de dejarle ir a cenar con Anna.
Sin embargo, hacÃa dos horas, Bella habÃa saltado del segundo piso porque no habÃa sido capaz de que él regresara a casa.
Por esto, Pedro consideró su conducta como una estrategia de retroceder para avanzar. Al creer haber descubierto las intenciones de Bella, soltó una risa frÃa y le dijo a Anna: Ya que ella lo ha dicho, vámonos.
Tras decir esto, Pedro se marchó sin mirar atrás.
1/3 Anna vaciló por un instante, le pidió a Bella que se cuidara y se apresuró a alcanzar a Pedro.
Al observar la escena, Fioria no pudo evitar preocuparse.
-Señora, no puede dejar que el señor y la señorita GarcÃa se vayan solos, aunque esté enfadada...
-Yo nohe enfadado -dijo Bella con tranquilidad.
Bella ya habÃa confirmado que habÃa regresado en el tiempo a tres años atrás, por lo que, en esta ocasión, no pensaba repetir sus errores. No se encapricharÃa con Pedro, ni esperarÃa, de manera obsesiva, su respuesta. Ahora lo que él quisiera hacer y con quien quisiera estar ya no tenÃa nada que ver con ella. En adelante, simplemente descaba vivir para sà misma y para sus seres queridos.
Fiona, tengo mucha hambre, ¿podrÃas preparar algo de comer?-preguntó Bella. Durante más de dos años en el hospital psiquiátrico, además de su medicación, solo habÃa comido un tazón de sopa de arroz aguada cada dÃa, el hambre le habÃa producido cáncer de estómago, por lo que no podÃa esperar para satisfacer su hambre. Fiona se sorprendió un poco al escuchar las palabras de Bella, pero rápidamente contestó: -Por supuesto que sÃ. Ahora mismo le prepararé algo para comer.
-Iré contigo.-repuso Bella con firmeza.
Tras este breve intercamde palabras, Bella acompañó a Fiona hasta la cocina, sin embargo, ninguna de las dos a Pedro, quien se encontraba al pie de las escaleras con el ceño fruncido.
lo que tendrÃa Pedro habÃa pensado que, al regresar, la encontrarÃa aún más desquiciada, por que darle una lección. Sin embargo, no imaginó que Bella no solo no provocarÃa un escándalo, sino que también le habÃa pedido a Fiona algo para comer. Todo esto, le hizo creer que Bella debÃa estar planeando algo.
Al pensar en esto, el enfado de Pedro aumentó.
Acto seguido, se la vuelta y se marchó por fin.
Después de disfrutar de la exquisita comida de Fiona, Bella se acarició el vientre, completamente satisfecha y feliz. Anteriormente, aparte de non haber comido prácticamente nada en e hospital psiquiátrico, solo se habÃa atrevido a comer muy poco en la casa de la familia Romero, dado que ella procuraba mantener una perfecta figura para gustarle a Pedro. Al pensar en eso, Bella no pudo evitar recordar una conversación al respecto entre ellos.
Pedro, yo mido un metro sesenta y rentay ocho, y peso cuarenta y cinco kilos, en Intese dice que es una figura estándar de modelo. Su autocomplacencia únicamente consiguió la mirada indiferente y la frÃa respuesta de Pedro: -¡Eso no tiene nada que ver conmigo! Ahora, si lo pensaba bien, Pedro tenÃa razón, en verdad eso no tenÃa nada que ver con él.
¡Qué tonta habÃa sido! Se habÃa negado a comer con gusto, solo para complacer a un hombre.
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Sin embargo, para su suerte, ella habÃa muerto una vez y ahora podÃa verlo todo con claridad En el futuro, LOV comerÃa lo que le apeteciera, tanto como quisiera, y nunca volverÃa a tratarse tan mal. De vuelta a su habitación, Bella llamó a su abuelo: Alberto Fernández.