Chapter 183
Resistiendo al amor de Mi Ex-Marido
CapÃtulo 183 Bella habló frÃamente: -Dile a tu padre que no se moleste, M.Qtiene bastantes pedidos en este momento. Pedro ha estado ayudando a mi tÃo a negociar un gran contrato últimamente. Al escuchar esto, Claudia sorprendentemente no se enfadó ni insistió en hablar sobre los pedidos.
Simplemente continuó disculpándose y buscando reconciliación, diciendo que en adelante seguirÃa el liderazgo de Bella en sus palabras y acciones.
Bella no estaba de humor para lidiar con ella y la despidió con algunas excusas.
Sin embargo, después de pensarlo un poco, Bella decidió enviar un mensaje a su abuelo, pidiéndole que presionara a su para que no se atribuyera todo el mérito.
Después de resolver esas cosas, Bella comenzó a sentirse somnolienta y se acostó nuevamente en la cama.
Sus nuevas sábanas tenÃan un aroma especial que la hizo quedarse dormida rápidamente. Entre el sueño y la vigilia, Bella sintió algo pesado en su cintura. Intentó moverse para deshacerse de ese peso, pero finalmente abrió los ojos.
Bella se cuenta de que Pedro habÃa vuelto a la habitación y estaba durmiendo. Su brazo estaba colocado alrededor de su cintura.
Y ella estaba enfrentada a él, con la cabeza apoyada cerca de su hombro.
Al abrir los ojos, pudo ver claramente la mandÃbula bien definida de Pedro.
Aunque cada uno tenÃa su propia manta, la postura tan intima en la que dormian juntos hizo que Bella empujara bruscamente el brazo de Pedro y se sentara en la cama.
Pedro, con los ojos mecerrados por el sueño, le echó un vistazo sin prestarle atención y siguió durmiendo. Por primera vez, Bella se preguntó qué tan mal era su forma de dormir. ¿Cómo era posible que estuviera al lado de Pedro después de quedarse dormida junto al borde de la cama Aún era temprano y Pedro, que solÃa ser disciplinado para levantarse temprano, no parecÃa tener intención de levantarse.
Pero Bella no podÃa dormir de todos modos, asà que se puso una chaqueta y decidió hacer algunos panqueques en la cocina.
La masa en el refrigerador ya habÃa fermentado. Bella la sacó y la amasó en forma de barra, luego la aplanó y agregó el relleno preparado en el centro.
Tuvo que amasarla nuevamente en forma de barra, cortarla en pequeñas porciones y darles forma de panqueques antes de colocarlos en el horno.
HabÃa varios pasos involucrados.
Mientras Bella estaba ocupada con eso, Pedro bajó las escaleras desde arriba. Era alto y apuesto, e incluso con su ropa de casa no podÃa ocultar su elegancia.
+15 BONUS Se acercó a ella con paso firme, indicando que su patada de la noche anterior no habÃa sido grave, y que ahora estaba completamente bien.
Pedro se detuvo frente a ella, sobrepasándola en altura por más de memetro, irradiando. cierta imponencia. -¿Qué estás haciendo aqu� -preguntó Bella frunciendo el ceño.
Nunca antes habÃa visto al noble señor entrar en la cocina.
Pedro respondió: -Tú estabas haciendo galletas para la abuela, ellallamó ypidió que te ayudara. Bella se negó: -No es necesario, puedo hacerlo yo misma.
-No quiero que la abuelaregañe temprano en la mañana insistión Pedro. Se acercó a ella y se remangó las mangas. -¿Qué debo hacer? Dado que ya que ya tenÃa un ayudante, Bella no iba a insistir en que se fuera.
QuerÃa que Pedro entendiera lo tedioso que era preparar una comida, para que en el futuro pudiera comprender el esfuerzo y sacrifide una mujer que esperaba por él todos los dÃas para comer.
-Aplana esta masa. le indicó Bella a Pedro.
Nunca habrÃa imaginado que el presidente Huo, quien solÃa manejar los asuntos comerciales con tanta habilidad, se verÃa desconcertado por la tarea de aplanar la masa. X