Chapter 16
Resistiendo al amor de Mi Ex-Marido
CapÃtulo 16 -¡Velo tú mismo! Diciendo eso, Pedro le tiró su teléfono móvil a Bella. Ella lo cogió, y un vÃdeo de vigilancia en el móvil. ParecÃa que este lugar era un garaje, y dos hombres con sombreros y máscaras sondeaban furtivamente desde una esquina.
Poco después, Anna, vestida de un traje, llegó al aparcamiento. Justo cuando ella abrió la puerta con la llave, los dos hombres se lanzaron rápidamente sobre ella. Uno le tapó la boca y la arrastró, mientras que el otro abrió de un tirón la puerta del coche, metió a Anna en el. vehÃculo y se marchó.
¿A dónde se llevaron a la señorita Garcia, la han encontrado ya? Al ver la cara seria de Bella, Pedro contuvo su furia y le dijo: Después de que agarraron a Anna en el coche, los guardias de seguridad en la sala de monitoreo descubrieron algo extraño y los detuvieron a tiempo.
Bella respondió con risa: -¡Qué gracioso! Los dos fueron a atraparla, pero optaron por esperar en un lugar con cámara de vigilancia para ser descubiertos.
-Bella, ¿qué actitud adoptas? -Pedro dijo en furia-. Cuando los guardias de seguridad rescataron a Anna del coche, le ponÃan una cinta adhesiva en la boca y sus manos y pies estaban atados, si no era encontrada a tiempo, ¡la consecuencia habrÃa sido inimaginable! Diciendo esto, Pedro lanzaron unas fotos.
-Las dos personas que cometieron el crimen confesaron que una mujer les habÃa dado una suma de dinero y fotos y les instigó.
Durante el regreso a la casa de tu abuelo, tu conductor fue a una gasolinera, y tú fuiste a la tienda de conveniencia, estos dos hombres también aparecieron allÃ, ¡Qué casualidad! En la foto, efectivamente, habÃa dos personas con sombreros y figuras similares a los de la cámara de vigilancia que aparecieron en la misma tienda de conveniencia con ella.
Sin embargo, la verdad era que Bella querÃa a comprar algo de comida en esta tienda porque no habÃa desayunado, asà que no prestó atención a la gente que la rodeaba. En absoluto no sabÃa que Anna se aprovechó de esta oportunidad para extenderle una trampa.
-No ajusto la cuenta de humillar a Anna por la mañana contigo, pero no esperaba que arreglaras que dos hombres la secuestraran al mediodÃa, ¿no deberÃas dauna explicación? -Pedro le preguntó frÃamente, Le parecÃa muy ridÃculo a Bella lo que dijo Pedro, pues le replicó: -¿Sé adivinar el futuro o tengo precognición? ¿Cómo supe que habÃa dos hombres alli y luego les ordené que atraparan a Anna? -Esos dos hombres son yagabundos, pueden hacer cualquier cosa por dinero, si se te ocurrió esta idea, no es nada extraño.
Su lógica le dejó a Bella sin palabras, asà que le amenacé: -Entonces llama a la policÃa para que solucione este problema.
1/3 -Tú ya sabÃas de antemano que Anna no te indagarÃa la responsabilidad, asà que dejarÃa irse a Anna, por eso puedes decirine tranquilamente que yo lla la policÃa, ¿verdad? El rostro apuesto de Pedro se volvió hosco. Le dijo: -Bella, aguanté tus caprichos habituales, esta vez incluso te atreviste a aprender cómo secuestrar, no importa si Anna te indaga la responsabilidad o no, tienes que pedirle disculpas.
-¿Y si no haré, qué pasa? -Bella preguntó.
-Sólo puedo enterar de todo esto a tu abuelo para que este viejo haga la justicia.
¡Bastardo!-Bella dijo con furia.
El rostro apuesto de Pedro se volvió más hosco y le preguntó otra vez: -¿Entonces vas o no? Bella no insistió.
-Voy.
De ninguna manera no querÃa que su abuelo se preocupara por ella. Además, ella también querÃa reunirse con Anna a ver cuál era su intención. Bajo las instrucciones de Pedro, el chofer condujo el coche a la residencia de Anna.
Llegaron en un edifide apartamentos en un barde clase alta, se escuchaba que esta era la residencia que el grupo Romero arreglaba para sus ejecutivos.
Bella dijo a Pedro: -Del número de habitación del piso, iré yo misma.
Frente a los ojos perplejos de Pedro, Bella dijo con risa: -Estoy aquÃ, ¿todavÃa tienes miedo de queescape y quieres espiarme? Pedro respondió con recelo: -Sólo tienes que pedirle perdón, no hagas otros trucos.
Bella gruñó: -¡Ya que no confÃas tanto en mÃ, mantén la llamada de voz activada todo el tiempo! Pedro aceptó esta propuesta, mientras que Bella soltó una carcajada. QuerÃa subir sola con el fin de que Anna bajara la guardia, asà que Bella pudiera aprovechar la oportunidad para que Anna confesara la verdad. Originalmente, Bella planeaba grabar la voz, pero ahora Pedro habÃa accedido a encender la llamada de voz, lo cual le ahorrarÃa más esfuerzo a Bella.
Para aparentar pedir disculpas, Bella compró unas frutas en la fruterÃa de abajo. Al encontrar la casa de Anna, Bella descubrió que la puerta estaba entrecerrada.
-Estoy ocupada, no vengas aquà si no tienes urgencias. -Sonó la voz de Anna más seria de lo habitual. Mirando hacia dentro, Bella vÃo a una mujer con la espalda algo corpulenta dentro, y llevaba. unas cajas desconocidas en las manos, como si quisiera dárselas a Anna.
-No necesito estas cosas, llévatelas tú de vuelta. Anna se negó cortésmente.
-Anna, noqueda otro remedio, por favor ayúdame.
Justo cuando Bella llamó a la puerta con la intención de decir "con permiso", la mujer abrió la boca.
Cuando escuchó esta voz, el corazón de Bella tembló violentamente, y tenÃa su mano
suspendida en el aire. El ruido que ella hizo atraÃa la atención de Anna y Pedondo esta mujer. Cuando el rostro de dicha mujer apareció a la vista, todo el cuerpo de Bella se puso rÃgido. Respiró con dificultad, el cuero cabelludo empezó a hormiguearle levemente y un escalofrÃo penetrante le recorrió los miembros y huesos.
-Señora Romero, ¿cómo? ¡Ah! Anna exclamó. Antes de que ella acabara sus palabras, Bella se lanzó a ella y golpeó con fuerza la fruta que tenÃa en la mano sobre su cabeza.
En mede los gritos de Anna, Bella estranguló su cuello de nuevo con ojos hinchados.
-¡Ah! Pedro...
La cara de Anna se puso roja por el m pellizco, sus miembros lucharon desesperadamente però Bella se comportaba como si estaba poseÃdo del demonio, estrangulándola a toda fuerza y sin soltarla.
Bella, estás loca, ¿qué estás haciendo?
Mientras los ojos de Anna se ponÃan blancos, una gran palma apartó a Bella de Anna, tirándola lejosfuerza. Bella un paso atrás y cayó al suelo. No se apresuró a levantarse, ni le importo quién era el visitante. En cambio, tembló y como si estuviera embrujada...