Capítulo 233
Probando la Tentacion – la visita Nocturna del gerente General casto
CapÃtulo 233 Devuélvemela antes
Naturalmente, Oskar querÃa quitarle el equipaje a Myla de las manos de Fabián.
Intentó tomarlo, pero Fabián no lo soltó.
Los dos estaban en un punto muerto.
La brisa de la tarde sopló, agitando el fino cabello de Fabián. Ãl sonrió, â¿Por qué agradecerme? Sólo envÃo a mi esposaâ.
Temiendo que los dos comenzaran a pelear de nuevo, Myla rápidamente dijo: âOskar, trae las cosas rápidamente. He estado empacando durante mucho tiempo y estoy cansadaâ.
âBueno.â Oskar arqueó las cejas triunfalmente, sonrió victorioso y
Se giró para entrar con Myla.
Al quedarse solo, Fabián permaneció allà durante mucho tiempo sin moverse.
Al rato, regresó al auto, sacó un cigarrillo y un encendedor, lo encendió, dio unas caladas y fijó su mirada en el suelo de la residencia de SofÃa.
¡Esperó aquà casi masoquistamente, queriendo ver si Oskar se quedarÃa a pasar la noche esta noche!
Cuando un cigarrillo estaba a punto de apagarse, la ceniza cayó sobre el dorso de su mano. La brasa carmesà tocó su piel, pero él parecÃa no sentir el dolor y su mirada no vaciló.
El tiempo pasó segundo a segundo.
Nadie salió.
Fabián sintió que le palpitaban las sienes, que la sangre corrÃa y hervÃa, recorriendo sus extremidades y huesos.
TodavÃa no podÃa aceptar el hecho de que a Myla le gustara otra persona, no podÃa aceptar el hecho de que estaba a punto de pertenecer a otro hombre.
Fabián apagó el cigarrillo con la mano, sintiendo el dolor punzante, intentando calmarse, pero fue en vano.
Finalmente, se levantó y bajó del auto, dando largas zancadas hacia la entrada del edificio residencial.
Justo cuando entró, escuchó lo que parecÃa ser la voz de Myla desde arriba. âSÃ⦠puedo hacer cualquier cosa por él⦠de ahora en adelante, sólo necesito que esté con élâ.
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a mÃâ¦..â
Todo el cuerpo de Fabián de repente se puso rÃgido como si lo hubieran rociado con agua helada, un frÃo que le helaba los huesos.
¿Se referÃa a Oskar cuando mencionó âélâ?
¡A ella realmente le gustaba Oskar, hasta ese punto!
En ese punto, Fabián no estaba dispuesto a utilizar el amor para describir la relación entre ellos. Sintió que, a lo sumo, se gustaban.
Su cuerpo se sentÃa congelado y el dolor le dificultaba respirar.
Fabián se tocó el pecho, el denso dolor hacÃa casi imposible que
que respire.
De repente, unos pasos se acercaron desde arriba.
Pronto la voz de Oskar llegó a sus oÃdos.
â¿Aún no te has ido?â
Fabián lo miró con odio y celos en los ojos.
SÃ, Fabián finalmente sintió celos de los demás.
Pero a diferencia de él, el rostro de Oskar mostraba más pánico.
No sabÃa lo que Fabián acababa de escuchar, cuánto habÃa escuchadoâ¦
âSeñor Moore, agacharse en un rincón no es un buen hábitoâ.
âHasta el divorcio, ella sigue siendo mi esposaâ.
âEso es cierto.â Oskar sonrió y abrió las manos. âAsà que salÃ. ¡No voy a vivir con ella! No te preocupes; si tú puedes respetarla, yo también puedo hacerlo. Cualquier cosa que puedas darle, yo también puedo hacerloâ.
Al darse cuenta de que Fabián probablemente no habÃa escuchado su conversación sobre el niño en ese momento, se relajó un poco. âPero aún asÃ, gracias por cuidar de ella antesâ.
âOskar, si la tratas mal-â
âElla es mi bebé que tanto me costó ganar. No tendré la posibilidad de tratarla malâ. Oskar lo interrumpió directamente. âMañana, recuerda devolvérmela antesâ.
Después de decir eso, Oskar pasó junto a él y se fue, tratando de conducirlo hacia el otro lado.
No se atrevió a quedarse aquà por mucho tiempo, por miedo a que Fabián escuchara algo que no debÃa.
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