Capítulo 6
Emparejada
CapÃtulo 6
(Punto de vista de Lily)
Llego a la manada sobre las nueve de la noche, la vÃspera del sexto aniversario de la muerte de Stephanie. Cuando llego a las puertas de la frontera, me indican que estaciones el coche y salga del vehÃculo.
Los tres guardias de la frontera, Marcus, Joey y Aiden, me preguntan mi nombre, lo que me hace poner los ojos en blanco. Fui al colegio con los tres. Me senté junto a Aiden en todas las clases de matemáticas que tuve entre séptimo y décimo grado. Marcus y yo éramos compañeros de laboratorio en clase de ciencias en décimo. Y la novia de Joey, ahora pareja, Jessica, era una de mis mejores amigas antes de que todo ocurriera.
Admito que mi aspecto es diferente al de antes, pero no TAN diferente. Mi acné de adolescente ha desaparecido; soy un poco más alta y delgada; tengo el cabello más largo; por fin me han salido los pechos; y ya no me molesto en llevar gafas. (Una vez que dejamos de vivir en esta manada a tiempo completo, Rose se relajó un poco con respecto a esa precaución en particular. Sin embargo, sigue sin dejarme cambiarme por aquÃ).
A excepción de las gafas, la mayorÃa de los cambios en mi aspecto se han producido gradualmente con el tiempo. Si alguien no me reconoce, es porque hace mucho tiempo que no me mira.
Por otra parte, no sé de qué me sorprendo. A menos que fuera para burlarse de mà o intimidarme, la mayorÃa de la gente de esta manada no se ha molestado en prestarme mucha atención desde que Stephanie murió.
En cierto modo, supongo que deberÃa estar agradecida de que los tres guardias no me reconozcan. Durante la escuela, estos tres estaban entre mis mayores acosadores. Estoy segura de que, como muchos otros en la manada, creÃan que maltratarme era una forma de ganarse el favor de su futuro alfa.
Por un momento, al recordar algunas de las intimidaciones que recibÃ, pienso en aprovecharme de su ignorancia y darles un nombre falso. Me harÃa la vida más fácil.
Por desgracia, a pesar de las cosas que la gente dice de mÃ, no soy una mentirosa. Respirando hondo, respondo con sinceridad: âLily Donnerâ.
â¿Lily Donner? ¿No se llama asà la hija del Beta?â, pregunta Marcus.
Abro la boca para contestarle, pero me detengo al darme cuenta de que Marcus no me está hablando a mÃ; le está hablando a Aiden.
âCreo que sÃ. Pero seguro que no es ella. Será mejor que le pidas su identificaciónâ, responde Aiden.
âSÃ, no se parece en nada a la hija de Beta. Escuché que la Diosa de la Luna le quitó su loba y la maldijo con un aspecto horrible como castigo por matar a la luna Stephanie. La última vez que la vi tenÃa enormes cráteres en la caraâ, dijo Joey.
Marcus se rÃe. â¿Estás seguro de que eran cráteres? Puede que fuera salsa de espaguetiâ.
Todos se rÃen, pero yo me estremezco por dos razones.
En primer lugar, se refieren a un incidente de nuestro primer año en el que Joey me tiró el almuerzo por la cabeza en la cafeterÃa. Lo recuerdo muy bien, no solo por la vergüenza pública, sino también porque no me quedaba dinero para comprar otro almuerzo y terminé sin comer nada durante 48 horas.
Segundo, Joey acaba de llamar a mi hermana âLuna Stephanieâ. ¿Asà es como la llaman ahora los miembros de la manada? Entiendo que la manada quisiera a mi hermana, pero a veces me pregunto si toda esta m*ldita manada ha perdido la cabeza. ¿Han olvidado que Stephanie y James nunca confirmaron que eran pareja? ¿Y que Stephanie nunca juró ser luna? Parece que cada año que pasa, la santidad otorgada a Stephanie se hace un poco más grande. Quizás el año que viene los miembros de la manada empiecen a creer que Stephanie descubrió la cura para el cáncer humano.
Urgh. Sé que sueno amargado. Yo también me siento amargada.
Marcus se gira hacia mÃ. âIdentificación, por favorâ. Le doy mi licencia de conducir.
Lo mira con curiosidad y se lo enseña a Joey y Aiden. âCaballeros lobos, parece que tenemos un caso de robo de identidad. Creo que la señorita guapa me acaba de dar un carné falso. Ni siquiera es una buena falsificación; no se parece en nada a la foto de su carnetâ.
Ay, santa Diosa. ¿En serio? La foto de mi carnet me la tomaron el año pasado y es muy parecida a mÃ. Esto se está poniendo ridÃculo.
âDe todas las identidades para robar, ¿por qué alguien querrÃa hacerse pasar por LILY DONNER?â, pregunta Aiden.
Joey me mira de arriba abajo. âSeñorita, no debes de ser de por aquÃ, porque cualquiera que haya vivido en un radio de 80 kilómetros de aquà sabrÃa que Lily Donner es la ÃLTIMA loba a la que querrÃas impersonar. De hecho, ni siquiera es una lobaâ.
âLlama al Beta Robert, por favorâ, pido con un tono de voz molesta.
â¿Estás segura de que es una buena idea, guapa?â.
Marcus se frota la barbilla y comienza a reÃr una vez más. âEn realidad, quizá hacerse pasar por Lily Donner no sea una idea tan descabellada después de todo. No podrÃa culpar al Beta Robert por ver esto como una buena oportunidad para mejorar esa semilla defectuosa suyaâ.
Los otros dos se unen a la risa de Marcus. Otra vez. ¿Es que estos machos no tienen nada mejor que hacer? Su risa conjunta está empezando a irritarme de verdad. Estoy empezando a preguntarme si accidentalmente llegué a una manada de hienas en lugar de hombres lobo.
â¿Recuerdas aquella vez que Sully hizo que Lily se comiera suâ¦?â.
âLlama. Al. Beta. Robert. Por favorâ, interrumpo; esta vez con más fuerza porque Rose le ha añadido un poco de su aura. Sabemos exactamente qué historia está a punto de contar Aiden, y es una que ninguno de los dos quiere recordar.
âBien, pero está en tu cabezaâ, concede Marcus.
Diez incómodos minutos después, veo a mi padre llegar en su coche y acercarse al puesto de control.