Capítulo 122
Emparejada
CapÃtulo 122
Pero⦠cuando oi la voz chirriante de Margie exigiendo saber qué estábamos haciendo⦠supe que era apenas el inicio de la prueba definitiva. ¿TendrÃa James la fuerza y la capacidad para arreglar las cosas, o nos dirigÃamos inevitablemente a la guerra?
â¿¿¿¿¿QUà DEMONIOS ESTÃN HACIENDO?????â.
Me di la vuelta con una de las muchas fotos de Stephanie en la mano. Joey vino rápidamente y se interpuso entre Margie y yo.
âSólo cumplimos órdenes, señoraâ, dijo.
â¿ÃRDENES DE QUIEN?â, chilló ella.
âOrdenes mÃasâ, respondió James con calma, saliendo del pasillo desde su habitación.
â¿Qué te pasa, James? ¿Cómo puedes quitar estas cosas? ¿COMO TE ATREVES a quitar estas cosas?â.
âNo lo consideres como quitar. Considera esto como⦠una limpieza de primavera tempranaâ.
va
âTengo omegas que vienen y quitan el polvo de todos estos cuadros dos veces al dÃa. No hace falta limpiar nadaâ, respondió Margie, sin entender lo que James querÃa decir.
âEs hora de guardarlos, Margie. Puedes guardar las fotos y los recuerdos de Stephanie en tu propia suite. Incluso te permitiré que guardes algunas en el almacén principal. Sin embargo, en este momento, es hora de que Stephanie deje la suite alfaâ
â¿Quién te crees que eres para dar órdenes sobre lo que se permite o no en el almacén o dentro de la suite alfa?â, sonó una voz profunda mientras el alfa Randall entraba en la habitación, seguido de Luna Jane y Sheila.
El peso del aura alfa de Randall era enorme, asà que enterré la cara en la espalda
de Jory.
+15 BONUS
*Nos vamos?â, enlacé mentalmente a mi pareja.
âNi hablarâ, respondió. âNos quedamos justo aquÃâ.
Aunque no es relevante para la crisis inmediata, tengo que decirte que: desde que Joey se unió a los esfuerzos de nuestro movimiento, me ha estado impresionando con lo duro que ha estado trabajando, el coraje que ha estado mostrando y lo creativo que es para resolver problemas. Joey siempre ha tenido fama de ser un lobo perezoso y descerebrado. A pesar de llevar años con él, sólo recientemente me he dado cuenta de que gran parte de esa reputación no es más que una actuación. Siempre supe que tenÃa más potencial del que mostraba, pero en los últimos meses ha demostrado lo bueno que puede ser cuando se esfuerza. Si no estuviéramos en la suite alfa viendo un enfrentamiento entre los lobos de alto rango, quizás podrÃa estar realmente excitada.
De todos modos, volviendo a ese enfrentamientoâ¦
â¿Quieres saber quién creo que soy? Creo que soy el único lobo en esta habitación, excepto tal vez Joey y Jessica, que tiene algo de sentido comúnâ, respondió James a su padre.
â¿De verdad crees que voy a sentarme aquà y dejar que me hables asÃ? ¿En mi propia casa? Sigo siendo el alfa aquÃ, por si lo has olvidadoâ.
â¿Estás seguro de eso?â, preguntó James con una voz que indicaba que estaba listo para una pelea. âPorque me parece que Margie ha sido la alfa aquà durante mucho, mucho tiempoâ.
Miré a Margie. Ella sonrió con satisfacción.
â¡James!â, gritó Luna Jane. âYa bastaâ.
âJane, dile a James que las fotos y los recuerdos tienen que volver a donde estaban. Todos ellosâ, ordenó Margie.
âJamesâ¦â.
â¿Qué, madre? Adelante. Dimelo a mÃ. ¿O deberÃa saltarme al intermediario y empezar a llamar a Margie no sólo âalfaâ, sino también âmadreâ?â.
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JAMES ANDERSON! (YA BASTA!â, gruñó el alfa Randall.
James se encogió de hombros. âBien, como sea. Tú me convocaste aquÃ, padre, ¿ quieres decirme por qué?â.
Sheila camino hacia adelante y cruzó su brazo con el de James. âEn realidad, yo lo hare, cariño. He hablado con Margie y con tus padres, y han acordado que tú y yo nos casemos en la conmemoración del cumpleaños de Stephanie, dentro de un par de semanasâ.
James no pareció sorprendido. â¿Ah, si?â.
Sheila sonrió. âSi. ¿No es increible?â.
James miró a sus padres levantando una ceja. â¿Qué les hace pensar a alguno de ustedes que aceptarÃa casarme con Sheila?â.
Esta vez fue Margie la que sonrió. âBeta Robert y yo la hemos elegido para tiâ.
âSólo accedi a casarme con la que ustedes eligieran si no encontraba una compañera adecuada al cabo de un año. Sólo han pasado dos meses y medioâ, protestó James.
Luna Jane suspiró. âSÃ, James, pero las circunstancias nos han obligado a adelantar ese tiempoâ.
â¿Y qué circunstancias son esas, madre?â.
Sheila apretó el brazo de James con entusiasmo. â¡Pues mi embarazo, por supuesto!â.