Capítulo 49
Se Volvió Loco Tras Mi Muerte ( Violeta and Maurino )
CapÃtulo 49
La risa de la chica desapareció en un instante, dejando solo terror y confusión en sus ojos.
No tenÃa idea de por qué volveria de Aguamar hasta alli y a esa hora.
Violeta no se dio cuenta de cómo, instintivamente, se puso delante de Adrián para protegerlo. Sus manos se colocaron delante de ella mientras miraba hacia arriba, hacia el hombre que emanaba un aura frÃa, recordándole historias donde los padres no estaban y la protagonista era atrapada en una cita secreta. â¿Hermano, por qué volviste de repente?â
Intentó sonar calmada, pero ante la falta de respuesta del hombre, rápidamente despidió a su acompañante. âAdrián, mejor vete, mi hermano ha vuelto.â
Adrián la miró, sintiendo su miedo, pero no querÃa complicarle las cosas.
Después de devolverle su bolso, se alejó.
Cuando el hombre se fue, Violeta bajó la mirada, sintiendo un nudo en la garganta.
Al ver a Maurino, vestido con un traje de diseñador, en contraste con su humilde vestido largo, se sintió completamente fuera de lugar.
Raramente se sentÃa tan incómoda con Maurino.
â¿Ya no sonries al verme?â
La voz de Maurino sono tibia pero enfadada, Violeta inmediatamente levantó la vista y forzó una sonrisa, aunque no llegó a sus ojos. Maurino solo vio evasivas y distancia. ¿Cómo no? Es solo que. ¿cuándo volviste, hermano?
Vuelves y ni siquiera me llamas.â
Maurino camino hacia su auto y Ernesto comentó: âSeñorita Violeta, el señor Paz la ha estado esperando todo el dia.â
Maurino ordenó: âVen, sube al carro!â
¡La habÃa esperado todo el dia!
¿Por qué no lo sabÃa?
Violeta camino hacia el coche, temblando, pero no se atrevió a sentarse junto a Maurino. Antes de que pudiera abrir la puerta del copiloto, la voz del hombre sono de nuevo, âVen aqui.â
Cambiando de lugar, ella intentó abrir la puerta, olvidando que se abrÃa automáticamente por los nervios.
Una vez dentro, Violeta se sentó con su bolso en la mano, manteniendo distancia.
Durante el trayecto, Maurino no habló con ella, parecia realmente enojado.
Con Ernesto presente, Maurino no querÃa disciplinarla delante de otras personas.
No era común que Maurino le mostrara una cara frÃa.
Para aliviar la tensión y el silencio en el auto, Violeta sacó de su bolso una caja de chocolates envueltos en un papel bonito. â¿Hermano, quieres un dulce?â
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Capitulo 49
Sin esperar respuesta, ella puso un chocolate en la mano que se le extendia. Al desenvolverlo,
descubrió que estaba envuelto en oro. El papel dorado en su mano se deshacia. Se lo metió todo a la boca y al principio sintió un fuerte sabor a licor, que luego se volvió dulce y se disolvió.
â¿No quieres probar, hermano? Están muy ricos.â
Al ver que él no se movia, estaba claro que estaba enojado con ella. Ese hombre tan grande necesitaba que una jovencita lo consolara.
Violeta pensó, Maurino, tú siempre caes en mis trucos.
En su vida pasada, por más que Violeta lo hiciera enojar con su rebeldia, siempre se arreglaba con un poco de mimos.