Capítulo 123
Se Volvió Loco Tras Mi Muerte ( Violeta and Maurino )
CapÃtulo 123
La muchacha tenÃa las pestañas aún húmedas debido a las lágrimas, giró ligeramente la cabeza para secar las gotas que colgaban de sus ojos, con una sensación de dolor que le ahogaba el pecho y que parecÃa tardar una eternidad en desvanecerse.
âNo, solo fue una pesadilla.â
Maurino extendió su mano para acariciar su suave y largo cabello. âTodavÃa te duele la pierna?â
Violeta bajó la mirada y negó con la cabeza. âYa está mucho mejor.â La pierna de la chica asomaba por la manta, delgada y bien formada, lo único malo eran las cicatrices pálidas que hablan dejado las heridas curadas.
Maurino encontró la crema en la mesita de noche en un instante, se sentó al pie de la cama y tomó el fino tobillo de la chica, contrastando con su muñeca robusta. Violeta en realidad no era bastante delicada. Esas heridas no le importaban mucho. Ella encogió su pie, âHermano, déjalo, no es nada serio. Se curará por si solo en unos dÃas.â Maurino sujetó el tobillo que trataba de retirarse. âSi se te queda una cicatriz no se verá bien.â
âEn unos dÃas llegarán unos nuevos vestidos, cuando lleguen, escoge los que te gusten para quedártelos.â
Violeta se recostó en la cama, mirando hacia la ventana que llegaba hasta el suelo. âPuedo usar lo que sea.â
Recién habÃa aplicado la crema y no podia moverse mucho, asà que cuando el almuerzo estuvo listo, Maurino la cargó para bajar las escaleras. Violeta notó que todos los sirvientes eran nuevos, excepto Laura, quien fruncÃa el ceño como si estuviera muy descontenta con ella. Pero con Maurino cerca, ese descontento pronto se desvaneció:
Violeta comÃa sin prestar atención, raramente comÃa en silencio con Maurino.
âProbablemente mañana los trámites de traslado escolar estarán listos.â
Violeta mordisqueó su tenedor y asintió con la cabeza. â¿Y⦠a qué colegio iré?â
âColegio Marqués Privado, una escuela que he escogido personalmente para ti. No tendrás mucha presión para estudiar allà y podrás pasar más tiempo en casa conmigo.â
Colegio Marqués Privado⦠la mejor escuela privada de toda la capital. Violeta habia estudiado allà anteriormente, y usando el estatus de ser la hermana de Maurino, recibió miradas despectivas y tuvo que lidiar con la hermana de Lucrecia, RosalÃa, que siempre la veia como una molestia y apenas se cruzaban en la escuela.
*Realmente no quiero ir allÃ, preferiria ir a una escuela pública, o quizás alguna que esté
más cerca de casa, ¿puede ser?â
La matrÃcula anual del Colegio Marqués Privado era de al menos 30 mil dólares, pero para alguien como Maurino, con su estatus en la capital, esa cantidad era insignificante.
Maurino pensó que Violeta estaba intentando ahorrarle dinero, ya que su capacidad para manejar el dinero era tal que podÃa hacer que 10 dólares le duraran dos meses. Pero ahora las cosas eran diferentes; si Maurino querÃa, podrÃa convertir a la chica frente a él en una princesa envidiada por todos.
âEs una escuela que he elegido especialmente para ti, ¿acaso no te gusta?â
Violeta negó con la cabeza. âNo es eso.â
Ella continuó en silencio sin decir nada más.
Por un momento, Maurino no pudo adivinar lo que pasaba por la mente de la joven. âSi no te gusta, lo dejamos. Luego le pediré a Ernesto que te traiga un catálogo de escuelas para que tú misma elijas una de tu agrado.â
Violeta finalmente mostró una rara sonrisa. âHermano, ¿no vas a trabajar hoy?â
âMmm, tengo una reunión más tarde.â
Cuando Violeta levantó la cabeza, vio en el vestibulo un hermoso piano de cristal adornado con un ángel también de cristal. HabÃa visto ese piano antes en un anuncio del centro comercial de la universidad, una pieza de colección personal única en el mundo y su precio era incalculable. Recordó lo que un sirviente habÃa mencionado al volver: âera el regalo de boda de Maurino para Lucrecia.â