Capítulo 108
Se Volvió Loco Tras Mi Muerte ( Violeta and Maurino )
CapÃtulo 108
Violeta apenas pudo conciliar el sueño cuando el cielo empezaba a clarear. No fue sino hasta las tres de la tarde que despertó junto al hombre que tenÃa a su lado.
Tanteando a la persona a su lado, se despertó confundida y al mirar el techo blanco sobre su cabeza, se dio cuenta de que no estaba en su propia habitación. Miró hacia un lado y vio a Maurino, todavÃa durmiendo profundamente. A ella no parecÃa importarle; simplemente tiró de la manta que se habÃa deslizado y cerró los ojos, dispuesta a dormir un poco más.
Después de dos horas más de sueño, oyó una voz. Maurino, con su esbelta figura, estaba de pie al lado de la cama abrochándose los botones de su camisa negra y poniéndose su reloj caro. âDéjala dormir un poco más. ¿Ya avisaron en la escuela que ella no irÃa?*
Laura asintió y dijo, âLas cosas de la Srta. Violeta se manejaron discretamente. En la escuela simplemente dijeron que tenÃa un resfriado y necesitaba descansar en casa; ya aprobaron su solicitud de ausencia.â
âVoy a ir a la empresa un rato, tú quédate cuidándola y asegúrate de que no se vaya a ningún lado.â
Laura respondió, âClaro, señor.â
Violeta despertó alrededor de las tres de la tarde con el cabello un tanto despeinado y vestida con un pijama, sin sujetador debajo.
Seguramente habÃa sido Maurino quien la habÃa cambiado de ropa. Para Violeta, esa situación no era nada extraña; más bien, parecÃa algo a lo que ya estaba acostumbrada.
HabÃa vivido con Maurino tantos años que, desde que era una niña y comenzó a experimentar sus primeros sentimientos amorosos, Violeta habÃa desarrollado un afecto especial por él.
Siempre habÃa estado pegada a Maurino y su relación era tan Ãntima que iba más allá de la de hermanos. HabÃan hecho todo lo que una pareja harÃa, excepto consumar su amor.
Pero en realidad, todo esto era solo lo que ella imaginaba que era perfecto.
¡Maurino terminarÃa casándose con Lucrecia!
¿Qué derecho tenÃa ella de compararse con Lucrecia?
Ella era una huérfana y no podÃa compararse con alguien con su nivel, quien era adorada por todos en su familia acaudalada.
Después de todo este tiempo, ¿estaba destinada a quedarse al lado de Maurino y verlo casarse con Lucrecia?
Violeta todavÃa lucÃa pálida, con sus párpados caÃdos y los pies vendados visiblemente
16:31
dodondos
Desde afuera de la habitación, oyó una voz, âSrta. Salazar, es un gusto verla por aquà para Visitar a is Srta. Violeta, pero ella todavÃa está descansando. El señor dijo que no querÃa interrupciones. Tal vez, ¿le gustarÃa esperar abajo a que la Srta. Violeta despierte?â
Lucrecia maró la puerta cerrada y dijo, âNo, si Violeta aún está durmiendo, entonces será en otts ocasión,â
*Por supuesto, Srta. Salazar, la acompaño hasta la salida.â
Después de que Lucrecia se fue y subió a su auto, levantó la mirada hacÃa la segunda planta de la mansión y vio que las cortinas estaban abiertas en la habitación principal de Maunno, donde se percibÃa una figura moviéndose. Un escalofrÃo incontrolable recorrió su interior
¿No se suponÃa que estaba descansando en su habitación?
¿Por qué estaba en la habitación de Mauri?
Acaso Violeta habÃa pasado toda la noche allÃ?
El chofer notó que el semblante de Lucrecia habÃa cambiado y le preguntó con preocupación, âSeñorita, ¿está todo bien?â
Como si hubiera pensado en algo, Lucrecia dijo con dificultad, âNo, no es nada, volvamos
En la segunda planta, Violeta salió lentamente de detrás de las cortinas, observando cómo el auto de Lucrecia se alejaba. Su rostro no mostraba ninguna emoción.
Justo después de que Lucrecia se fue, un lujoso Maybach de edición limitada ingresó al
patio.
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