Chapter Capítulo 43
La mamá de mi hijo será mi mujer
Capitulo 43 En ese momento, los dos hermanos, Nicholas y Kieran, estaban juntos ante la puerta del despacho. Sus esbeltas figuras eran imponentes, siendo uno más alto que el otro. La expresión de Kieran era enigmática y le preguntó a su hermano con dudas:
-Nicholas, ¿de verdad crees que Tessa hizo esto? Tsk, ¿por qué siento que no fue ella?
Nicholas bajó la cabeza y pensó un momento, pero su rostro seguÃa siendo oscuro:
-Yo sólo miro las pruebas. Todo el mundo puede decir lo suyo, pero las pruebas no me engañan. Cualquiera, o nadie, podrÃa haberlo hecho.
Al escuchar la respuesta indirecta, Kieran sintió que su hermano parecÃa estar insinuando algo. Sin embargo, teniendo en cuenta su nivel intelectual, no podÃa entender el mensaje.
El interrogatorio terminó pronto. Después de algunas investigaciones, no habÃa nada malo con Roselle y también se descartó a Andrew. Después de todo, era el experimentado mayordomo de la familia Sawyer desde hacÃa muchos años. Era leal a la familia e incluso le tenÃa cariño a Gregory. Era de esperar que no hubiera ningún problema con él.
La única persona que quedaba era Tessa. La policÃa dijo que desde el momento en que de la residencia, el dÃa anterior, habrÃa tenido tiempo suficiente para comprar drogas. Además, también se fue esa tarde, por lo que era difÃcil descartar que no se deshiciera de la droga después. En resumen, las posibilidades seguÃan apuntándola como sospechosa.
Se sintió muy afligida, pero aun asà insistió:
-Señor, después de salir de los Jardines de la DinastÃa, fui a la orquesta. No puedo faltar al trabajo, ¿verdad?
El policÃa asintió y dijo en tono tranquilo:
-Lo entiendo, pero, señorita Reinhart, usted sigue siendo la mayor sospechosa. En cuanto a los demás aspectos, todavÃa tenemos que reunir pruebas, asà que le rogamos que nos de los números de matrÃcula de los coches en los que ha viajado hoy, asà como sus rutas.
Tessa casi se derrumba. Se sintió como una prisionera que estaba siendo interrogada, por lo que se sintió angustiada.
A un lado, Roselle tenÃa una sonrisa triunfal en los ojos, y estaba muy orgullosa de sà misma. Claro, sabia quién lo habÃa hecho, pero también sabÃa que era imposible que la policÃa localizara ninguna prueba, asà que no tenÃa miedo. Lo que más la satisfacÃa era que después de este incidente, la familia Sawyer tomarÃa precauciones contra ella e incluso la harÃa salir de la casa, ilejos de Nicholas y Gregory!
Ese era también el objetivo final de Roselle, ya que esa mujer le caÃa mal desde hacÃa tiempo. «¡Tessa Reinhart, date prisa y lárgate!», se alegró.
Sin embargo, justo cuando calculaba sus próximos movimientos en su cabeza, el teléfono de Nicholas sono de repente al otro lado de la puerta. Quien llamaba era su ayudante, Edward, que informaba al otro lado de la linea:
-Presidente Sawyer, acabo de recibir las cintas de las cámaras de vigilancia ocultas de la cocina, el pasillo y la habitación del señorito Gregory. He comprobado que la señorita Reinhart estuvo en la habitación del señorito durante toda la tarde y no hizo nada raro. Tampoco alteró el vaso del en que el culpable lo hizo debió ser durante el tiempo en que el vaso fue llevado de la cocina a la habitación de arriba.
Para vigilar a Gregory, Nicholas habÃa instalado una vez una cámara oculta en su habitación, que podÃa vigilar todos los movimientos del chico. Y como el dispositivo monitoreaba los movimientos de Tessa, no habÃa nada anormal en sus acciones. En otras palabras, la culpable de haber puesto la droga en el zumo no era ella, sino Roselle o Andrew.
Los ojos de obsidiana de Nicholas eran profundos e insondables mientras reflexionaba. Después de un momento, ordenó con voz gélida:
-Continúa la investigación por mÃ. En una hora, quiero saber los resultados.
-Muy bien -acató Edward.
Tras colgar el teléfono, Nicholas se dio la vuelta y empujó la puerta del despacho con una expresión sombrÃa. Ante su repentina entrada, Tessa se volvió de repente. Era obvio que sus ojos estaban rojos por las lágrimas y llenos de agravio.
Al mirarla, sintió como si le apuñalaran el corazón. Sin embargo, se contuvo. Luego, dio un paso adelante y dijo a la policÃa:
-No hay necesidad de interrogarla más.
El oficial de policÃa se sorprendió y miró a Nicholas confundido.
-Presidente Sawyer, ¿por qué es eso?