Chapter Capítulo 427
La mamá de mi hijo será mi mujer
CapÃtulo 427 Problema con el ascensor Sin embargo, Tessa seguÃa sin darse cuenta de lo que estaba pensando su mentor. Estaba en estado de shock y tuvo dificultades para aceptar lo que su mentor le habÃa dicho. âSeñorita Hathaway, ¿puedo reunirme con ese personal?â QuerÃa saber qué hizo para ofender a ese personal para que la trataran de esa manera.
Hathaway habÃa adivinado algo correctamente con respecto a lo que estaba pensando Tessa. Sin embargo, el personal en cuestión no era real, ya que solo era una excusa que inventó.
âEso puede no ser posible. Después de enterarme del personal, los despedà en el acto en un ataque de iraâ.
Después de escuchar la explicación de su mentora, Tessa se sintió sorprendida, pero también sintió que habÃa algo extraño en lo que le dijeron.
La señorita Hathaway resolvió esto demasiado rápido, ¿no? Ni siquiera me han concedido la oportunidad de conocer al culpable, ¿pero el culpable fue despedido?
Con tales pensamientos en su cabeza, preguntó: âEntonces, ¿puedes decirme quién era esa persona?â
âEs uno de los miembros del personal de limpieza llamado Leanneâ.
Hathaway sabÃa que Tessa sospecharÃa si decidiera no dar un nombre al âculpableâ, razón por la cual habÃa inventado un nombre para dárselo a Tessa.
Sin darse cuenta de los pensamientos de Hathaway, Tessa anotó el nombre mientras planeaba reflexionar sobre sà misma y pensar si habÃa hecho algo para ofender a esta persona antes.
Segundos después, su mentor habló.
âLa orquesta cubrirá la compensación por su violÃn ya que Leanne era parte del personal de la orquesta. ¿Qué opinas de esta decisión?â.
Tessa asintió lentamente en respuesta para indicar su aprobación. Pero en verdad, todavÃa tenÃa dudas en su mente.
Lógicamente hablando, las cuerdas del violÃn estaban hechas con materiales especiales; SerÃa difÃcil que se rompieran después de haber sido dañados en un accidente menor. Solo aquellos que albergan la intención de hacerlo podrÃan hacer que las cuerdas se rompan.
De todos modos, dado que su mentor ya le habÃa explicado el resultado de la investigación, Tessa sintió que cuestionarÃa a su mentor si expresara sus dudas. Le preocupaba que hacerlo molestara a su maestra, por lo que decidió investigar este asunto en privado.
A su lado, Hathaway no sabÃa que Tessa albergaba tales pensamientos.
Aunque suspiró aliviada cuando Tessa no planteó más preguntas, todavÃa se disculpó un poco con Tessa por su decisión.
Más tarde esa noche, cuando terminó la fiesta, los invitados se estaban despidiendo de Hathaway.
Sin saber si era una forma de disculpa, Hathaway tuvo a Tessa a su lado todo el tiempo.
Todos los principales actores de la industria de la música tenÃan una muy buena impresión de Tessa, razón por la cual todos recordaron colmarla de palabras de aliento al despedirse.
âAprende bien de tu mentor ahoraâ.
âBuena suerte. Espero poder verte algún dÃa cuando tu orquesta se presenteâ.
Debido a los estÃmulos, el estado de ánimo de Tessa, que inicialmente estaba decaÃdo, mejoró mucho.
Poco después, solo la gente de Hathaway Philharmonic y Scott quedaron en el salón de banquetes.
Tessa se habÃa quitado el vestido detrás del escenario y estaba a punto de irse cuando vio a Scott caminando hacia ella.
âSeñorita Reinhart, déjeme enviarla a casaâ.
âGracias, pero mi novio ya me está esperando abajoâ.
Tessa lo rechazó con una sonrisa mientras se echaba el estuche del violÃn al hombro. âMe iré de aquÃâ.
Mientras Scott observaba la espalda de esa chica que parecÃa tener prisa por irse, sus ojos, que eran como una estrella en el cielo nocturno, se volvieron sombrÃos cuando se detuvo en seco.
No sabÃa qué le pasaba, ya que su estado de ánimo decayó abruptamente.
No muy lejos de donde estaba Scott, Hathaway y Kathleen habÃan presenciado la escena.
La expresión de Kathleen inmediatamente se volvió amarga.
Hathaway frunció el ceño ante la situación antes de dar un paso adelante con su hija a cuestas. âScott, dado que ya es muy tarde, ¿podrÃas ser amable y enviarnos a casa?â
Naturalmente, Scott no rechazarÃa su solicitud.
Al otro lado del salón, Tessa habÃa entrado en el ascensor justo después de salir del salón de banquetes.
Justo cuando estaba a punto de presionar el número del piso, entraron dos asistentes, que vestÃan uniformes de hotel.
No les prestó más atención y simplemente dio un paso atrás antes de usar su teléfono para escribir un mensaje de texto.
Ya estoy bajando. Llega pronto.â
Cuando Tessa bajó la cabeza para enviar el mensaje de texto a Nicholas, de repente captó un olor acre.
Antes de que pudiera reaccionar, alguien le cubrió la boca y la nariz con un pañuelo, uno rociado con etanol LSD, después de rodearle el cuello con el brazo.
âHmmph...â Abrió los ojos con pánico mientras continuaba luchando para liberarse con ambas piernas pateando, pero fue en vano.
Gradualmente, ella comenzó a perder el foco y finalmente perdió el conocimiento.