Capítulo 646
Niña en sus ojos Reina en su tierra (Jazmín) novela completa
CapÃtulo 646
Ella solo habÃa dejado de mirar su celular por tres horas y, al encenderlo, se encontró con varias llamadas perdidas y más de diez mensajes de WhatsApp sin
leer.
Las llamadas perdidas eran todas de Elio.
Y también varios mensajes de WhatsApp eran suyos.
Elio: ¿Por qué no contestas?
Elio: ¿Dónde estás? Ya llegué a tu colegio.
Elio: ¿Cenamos juntos esta noche? AvÃsame si ves el mensaje.
Elio: ¿Estás ocupada? Te espero para cenar, avÃsame cuando termines.
También habÃa mensajes de WhatsApp de Abner y Austin.
Abner habÃa escrito una nueva canción, el hit principal de su próximo álbum, un proyecto recién terminado que aún no habÃa entrado en estudio para grabar.
La primera persona a la que se lo mandó fue a ella, buscando su opinión y consejos.
Austin, por otro lado, le habÃa enviado detalles de un nuevo encargo que habÃa recibido, preguntándole si querÃa aceptarlo.
JazmÃn, con los ojos medio cerrados, leyó todos los mensajes uno por uno y comenzó a responder.
Primero a Elio: Estaba ocupada, no pude mirar el celular, acabo de terminar.
Luego escuchó la canción de Abner, y tras una rápida escucha, dedicó un par de minutos a hacerle algunas modificaciones, enviándole de vuelta la letra y melodÃa ajustadas.
Justo cuando iba a responderle a Austin, le entró una llamada.
Era de Elio.
JazmÃn bajó la mirada hacia el nombre que aparecÃa en la pantalla de su celular, lo observó unos segundos y finalmente contestó.
La voz baja y magnética del hombre se filtró a través del teléfono, sonando como si le estuviera hablando al oÃdo, muy seductora: â¿Dónde estás? Voy a buscarte.â
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Capitulo 646
Jazmin guardó silencio por un segundo, echando un vistazo a los autos y peatones que iban y venian por la calle: âEn el hospital.â
â¿Hospital? ¿Te sientes mal?â Del otro lado del teléfono, la voz de Elio se tornó más grave, algo preocupada.
âNo, estoy bien, vine a acompañar a un amigo a una cirugÃa,â dijo la joven,
minimizando el asunto.
â¿TodavÃa estás en el hospital?â
âAh, ya sali, estoy esperando un taxi.â
âNo tardaré más de diez minutos, espérame, voy para allá.â
JazmÃn escuchó como el hombre le decÃa al conductor: âAl hospital.â
Miró la app de taxis en su celular, notando que el taxi que habÃa pedido estaba a menos de diez metros de distancia.
Dudó por un momento, pero finalmente canceló el taxi.
Después de colgar, volvió a abrir WhatsApp.
Abner le habÃa enviado un emoji de adoración: Jefa, por favor acepta mi reverencia. Con tus ajustes, siento que mi canción subió de nivel, se volvió mucho más elegante.
JazmÃn respondió con un meme de âcosas básicasâ.
Abner respondió al instante: Jefa, ¿entonces uso esta versión que modificaste? Se
lo acabo de mostrar a mi mánager y también piensa que suena increÃble, no
necesita más cambios. ¿Vamos con esta versión?
JazmÃn: Como quieras.
Abner: Entonces, hecho. Oye, ¿tu número de cuenta sigue siendo el mismo?
JazmÃn: ¿Por qué la pregunta?
Al siguiente segundo, JazmÃn recibió una notificación de su banco, mostrando que acababa de recibir un depósito de diez millones.
JazmÃn: ¿Los diez millones los enviaste tú?
Abner: Jeje, ¿cómo voy a dejar que trabajes gratis para m� Es solo un pequeño detalle, como muestra de agradecimiento.
JazmÃn apretó sus labios, mirando el saldo en su cuenta: doscientos treinta
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CAPRIO 040
millones.
Diez millones más que el saldo anterior.
Esa cuenta no la usaba mucho; el dinero que tenÃa era lo que habÃa ganado haciendo encargos aquà y allá.
Si Abner querÃa pagarle, ella no tenÃa problema en aceptarlo.
Diez millones no era mucho.
Para ella, era el descuento por la amistad.
Si hubiera cobrado un precio regular, habrÃa sido mucho más.
Pero es que, ella no vivÃa de esto.