Capítulo 643
Niña en sus ojos Reina en su tierra (Jazmín) novela completa
CapÃtulo 643
âMamáâ¦â Magda llamó con un tono de disgusto.
Fue entonces cuando Vera suavizó un poco su tono y dijo a Greta: âPélale una manzana a tu madre, mi estómago anda mal, el doctor dijo que no debo comer mucho en la noche.â
âSe me habÃa olvidado que tu abuelita tiene problemas de estómago.â Siguiendo la conversación de Vera, Magda dijo, âJusto estaba antojada de fruta, Greta, ¿me pelas una?â
âClaro,â Greta apretó sus labios, respondió suavemente, y se sentó al lado de Magda, con la cabeza gacha, pelando silenciosamente la manzana en sus manos.
Observándola, obediente y sumisa, pero con una sombra de tristeza en sus ojos.
Vera luego dirigió su mirada a Santiago, que estaba callado y cabizbajo al lado, y con un bufido dijo: â¿Qué pasa? Te llevaste a mi hija para tener hijos contigo todos estos años, ¿y ahora ni siquiera sabes cómo saludar a su madre con el mÃnimo respeto?â
Santiago levantó la cabeza, con una expresión de pánico, y rápidamente dijo:
âMamá,â
Vera lo mÃró con desdén, gÃró su cabeza y bufó de nuevo.
Este yerno definitivamente no cumplÃa con sus expectativas.
Siempre tan indeciso, sin un ápice de firmeza, le faltaba el carácter.
Solo porque era guapo de joven, logró que su hija prefiriera romper con su familia antes que dejarlo.
HabÃan consentido demasiado a su hija, la criaron demasiado preciosa.
La convirtieron en una ingenua, pensando que el amor lo es todo.
De otra manera, con lo que Santiago ofrecÃa en aquel entonces, nunca habrÃa podido casarse con la hija de Vera Cuito.
Por eso, al ver a Greta tan tÃmida y retraÃda, Vera sintió una gran antipatÃa.
Ella misma era una mujer poderosa de carácter fuerte.
También manejaba la empresa de su esposo.
Y el crecimiento de la empresa se debÃa en gran parte a su esfuerzo.
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Siempre en una posición de autoridad, no toleraba a los empleados, hombres o mujeres, que no fueran competentes, especialmente las mujeres débiles y sumisas, que probablemente terminarÃan siendo despedidas por ella.
Greta siempre habÃa jugado el papel de la débil para ganarse la simpatÃa de los demás.
Desde pequeña, esa habÃa sido su estrategia para ganarse a todos.
Pero con Vera, la cosa fue diferente.
Lejos de ganarse su afecto, solo consiguió su rechazo.
Vera valoraba mucho la sangre y al saber que Greta no era la hija biológica de Magda, empezó a tener sus reservas, y tras escuchar las historias de cuando Magda y Santiago la adoptaron, creció su sospecha.
Aunque Magda explicó que Greta habÃa perdido la memoria y no recordaba a sus padres biológicos.
Vera pensaba que habÃa algo más en toda esa historia.
Decidió que debÃa investigarlo a fondo.
No estaba dispuesta a ser engañada como su hija terca y su yerno tonto.
âMamáâ¦â Magda tiró de la manga de Vera, âYa habÃas dicho que no ibas a volver a sacar lo del pasado. Santiago me ha tratado muy bien, he sido muy feliz todos estos años, mamá, por favor, ya no le guardes rencor, ¿sÃ?â
âEstá bien.â Vera suspiró, mirando a su hija con resignación, âYa te casaste con él, ya le diste hijos, ¿qué más puedo hacer? No voy a hacer que se divorcien ahora.â
âSeguro que esto nos llevará a otra discusión.â
Magda cerró los labios, sin decir nada.
Santiago, por su parte, se atrevÃa aún menos a decir algo.
â¿No dijiste que él fue a consultar a algún experto? ¿Qué has dicho?â Vera se giró, mirando a su yerno con una expresión de desaprobación, y preguntó con el ceño