Capítulo 609

Capítulo 609

Magda y Santiago estaban tan molestos con Jazmín que apenas pudieron cenar esa noche.

En ese momento, mirando a su hija que era todo dulzura y comprensión, Magda sintió que la manzana que comia era especialmente dulce.

Tomó la mano de Greta y no pudo evitar exclamar: “Definitivamente, no hay como tener a los nuestros cerca, que saben cómo querernos. Ahora lo veo claro, ¿qué más da si son de sangre o no? Los familiares de sangre, a veces, resultan peor que los que no tienen vínculo sanguíneo.”

“Era mejor no haberla tenido.”

“Claro, menos mal que tenemos a Greta, una hija tan cariñosa.” Santiago también se mostraba conmovido, “Jazmín… mejor hacemos como que nunca tuvimos esa hija.”

“Bang.”

Un ruido súbito hizo que todos levantaran la vista.

Bosco dejó caer su vaso sobre la mesa y se levantó, con su rostro pálido y delicado sin expresión alguna, su voz fría como si contuviera su furia, dijo no muy amablemente: “Voy a dar una vuelta abajo.”

Dicho esto, se giró y salió del cuarto sin mostrar ninguna emoción.

Magda frunció el ceño.

Santiago, un poco lento en captar la situación, le preguntó: “¿Qué le pasa a Bosco? ¿Por qué me parece que está molesto?”

Greta conocía la razón, apretó sus dedos, su mirada se oscureció.

Jazmín ya había cortado lazos con la familia.

¿Y aun así Bosco se preocupaba por ella?

En la escuela, Jazmín siempre intentaba superarla.

Ahora que ya no era parte de la familia Alcaraz, ¿todavía quería estar por encima de ella?

¡No permitiría que Jazmín le arrebatara a Bosco!

Greta mordió su labio, una rápida sombra de rencor cruzó por sus ojos antes de levantar la vista, mostrando de nuevo su semblante dócil y encantador, y le preguntó con preocupación: “A propósito, mamá, ¿Jazmín te ha revisado? ¿Qué dijo?”

“Ella dijo que tu mamá puede mejorar, nos dejó una receta y nos dijo que fuéramos a buscar la medicina nosotros mismos.” Santiago se levantó, caminó hacia la mesita de noche, se inclinó para abrir el cajón, sacó la receta que Jazmín había escrito y la pasó.

Greta, con una expresión de alegría, les dijo: “¿En serio? Eso es maravilloso.”

Tomó la receta, frunció el ceño al mirarla: “Papá, ¿qué dice aquí? No entiendo nada.”

Santiago les respondió: “Es la receta que nos dio. Nosotros tampoco entendemos, pero parece que los médicos siempre escriben así, en una letra que la gente común no puede descifrar.”

Greta asintió, miró de nuevo lá receta y luego levantó la vista para preguntarles: “¿Ya le mostraron la receta a un médico? ¿Qué dijo?”

Como si se explicara a sí misma, rápidamente agregó: “No es que no cons

más seguro consultarlo con un médico, Jazmín

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no ha estudiado formalmente en una universidad de medicina.”

“Si mamá toma lo que ella recetó y algo sale mal, ¿qué hacemos?”

Magda le acarició suavemente el dorso de la mano, con una expresión de orgullo le dijo: “Siempre tan preocupada por tu mamá. Tu papá y yo pensamos lo mismo, queremos mostrarle la receta a un médico para ver si hay algún problema, pero ya se había ido a casa, así que esperaremos a que vuelva mañana para preguntarle.”

Greta, conteniendo su sonrisa, asintió dulcemente.

“Greta, mejor regresa a casa. El concurso de piano está a punto de empezar, ve a practicar en lugar de quedarte todo el día en el hospital.” Magda, al darse cuenta de que no podía contar con Jazmín, puso todas sus esperanzas en Greta.