Niña en sus ojos Reina en su tierra Capítulo 408

Capítulo 408

Recordando cómo la habían expulsado del centro comercial hoy, el disgusto de Magda hacia Jazmin brotó incontrolablemente de

nuevo.

Su hija biológica resultó ser una ingrata.

En cambio su hija adoptiva mostraba tal dedicación y cariño.

Qué ironía.

“Esta casa siempre será tu hogar, y tú siempre serás parte de esta familia. En cuanto a Jazmín…” Magda frunció el ceño y le dijo friamente, “Ya que ella decidió cortar lazos con la familia, de ahora en adelante, mejor ni la llames hermana.”

“Nosotros tampoco necesitamos su ayuda. Sin ella, nuestra familia igual puede superar esta crisis.”

Pero… Greta aún seguía con los ojos rojos y una mirada tímida.

Magda le dijo con frialdad: “No vuelvas a mencionarla. Para mí es como si nunca hubiera tenido esa ingrata.”

Greta apretó los labios, mostrando una expresión de tristeza, pero un destello de satisfacción cruzó sus ojos al bajar la mirada.

Fuera de la puerta.

Santiago escuchó lo que Greta había dicho y no pudo evitar sentirse un poco avergonzado.

Greta siempre pensaba en ellos, y él había estado considerando si debería traer a Jazmín de vuelta.

Solo por miedo a que la profecía del Sr. Sevilla se hiciera realidad.

“¡Papá, has vuelto!” Al levantar la vista, Greta vio a Santiago en la puerta y lo llamó cariñosamente.

Magda se giró.

Al ver a Santiago parado en la puerta sin decir una palabra, con una expresión poco usual y no tan animado como siempre, se sorprendió y se levantó para acercarse a él: “¿Cuándo llegaste? ¿Por qué no me dijiste nada?”

“Acabo de llegar.” Santiago apretó los labios, “Greta estaba practicandó el piano, no quería molestarla.”

“Te ves con el rostro muy pálido.” Conociéndolo por tantos años, Magda notó de inmediato que algo andaba mal y le preguntó con el ceño fruncido, “¿Qué pasó?”

Santiago la miró, mostrándose indeciso.

Después de vacilar un poco, finalmente le habló de su encuentro con Jazmín esa noche.

Un momento después.

Magda no podía creer lo que escuchaba y su expresión se torció: “¿Jazmín conoce al Sr. Sevilla y son buenos amigos?”

Santiago asintió.

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¿El Sr. Sevilla dijo que ella es una experta de la arqueología?”

“Sí.” La voz de Santi

aba débil, “Y había un joven con ella, de apariencia y presencia muy distinguidas. Creo que su estatus no es

para nada común, no parece ser una persona común.”

Santiago, con años de experiencia en el mundo empresarial, tenía un buen juicio para la gente.

Ese hombre desprendía un aire de nobleza, y a pesar de que aún parecía joven, tenía la presencia dominante de alguien acostumbrado al poder.

Incluso solo mirarlo a los ojos por unos segundos ya era intimidante.

Por lo que se podía imaginar, su estatus era sin duda prominente.

Magda se veía aún más perturbada: “En cuanto a ese hombre del que hablas, Greta y yo también nos cruzamos con él hoy.”

“¿También lo vieron?” Santiago se sorprendió.

“Su estatus definitivamente no es simple, debe ser miembro de una de las cuatro grandes familias.”

¿De las cuatro grandes familias?” Santiago estaba impactado, “No me extraña su distinción. Pero… ¿Cómo podría Jazmín conocer a

un hombre de tan alto estatus? Parece que él y ella tienen una relación bastante especial.”

“Espera.” Santiago pareció recordar algo y su expresión se tornó aún más sorprendida, y sus labios temblaban, “Escuché a Jazmín llamarlo Sr. Elio, creo que es Elio Real, de la familia Real…”

“¿Qué dijiste?”

La expresión en el rostro de Magda era de puro horror, como si de repente toda su sangre corriera en sentido contrario: “¿Ese hombre es de la familia Real?”