Niña en sus ojos Reina en su tierra Capítulo 267
Niña en sus ojos Reina en su tierra (Jazmín) novela completa
CapÃtulo 267
Ella pensaba que si podÃa tener a ese niño, aunque algún dia ella ya no estuviem, su hijo podria ofrecerlo algo de consuelo a sus padres
âSeñorita Sofia, hablemos de esto más tarde Jazmin le echo un vistazo a la gente que aún estaba alrededor, observando el espectáculo, y decidió no hablar demasiado en medio del salón delante de todos.
Sofia siguió su mirada y rápidamente captó la idea, asintiendo con entusiasmo âBlen, hablemos en el almuerzo. Hoy al mediodÃa, le
invito a comer.â
â¿Qué te gustarÃa comer? Voy a hacer la reserva ahora mismo.â
Han abierto un restaurante de comida francesa cerca de la escuela, creo que es bastante bueno, ¿qué te parece si reservamos ahi?â
Jazmin era exigente con la comida
Aparte de la cocina de Jaime, que siempre la satisfacia, no le importaba mucho el lugar.
Ahora tambien estaba Las Delicias
Pero Jaime habÃa ido a un lugar donde no cala ni una mosca y no volveria hasta fin de mas, y sitios como Las Delicias no son fáciles
de reservar.
Asà que, realmente no le importaba donde comerian al mediodÃa.
Mirando a Sofia, quien estaba visiblemente emocionada, Jazmin le dijo con indiferencia: âComo quieras, me da igual.â
âPerfecto, voy a reservar ahora mismoâ Sofia parecia otra persona, aunque aún se vela desgastada, su humor parecia haber mejorado mucho, y ya no tenia esa aparencia decaida. Sacó su teléfono con entusiasmo e hizo una llamada.
Unos segundos después.
âJazmin, ya hice la reserva en el restaurante. Te espero en la oficina al mediodia, y de ahi podemos ir juntas.â Sofia se levantó, sosteniendo su telefona, con un aire de renovación.
Jaunin asintió âEstá bien.â
âEntonces, me voy a preparar la clase en la oficina, nos vemos al mediodia.â Antes, Sofia no tenia cabeza para preparar clases, pero ahora que sabia que podia tratarse, recordó que tenÃa trabajo pendiente.
Pronto, Sofia se fue, llevando consigo una mirada de excitación como si hubiera renacido.
Sin embargo, el grupo de curiosos aún no se habia dispersado.
âJazmin, ¿realmente sabes curar?â Alguien se acercó, preguntando en voz baja, â¿Qué enfermedad tiene la Señorita SofÃa, y por qué te busco at para curarla?â
Acudir a un estudiante en lugar de a un médico para tratar una enfermedad era algo muy amesgado.
Más estudiantes se juntaron, charlando entre ellos.
â¿Dónde aprendiste esa técnica? Es impresionante.â
âEstos dias he estado sintiendo dolores en la espalda y la cintura, ¿podrÃas echarme un vistazo?â
âYo también me he sentido mal, fui al médico pero no encontraron nada, ¿puedes revisame?â
Pronto, más y más estudiantes se acercaron, cada uno hablando de sus dolencias, esperando que Jazmin pudiera ayudar
Jazmin estaba rodeada en el centro. Miró a la estudiante que se quejaba de dolor en la espalda y le pidió que extendiera su mano.
La estudiante lo hizo.
Jazmin tomó su muñeca, la acercó a sà misma, y golpeó fuertemente los hombros y el cuello de la muchacha varias veces.
La estudiante sintió un dolor intenso, gritando dolorosamente.
Los gritos eran desgarradores, como si estuvieran matando a un cerda.
El resto de la gente cambió de expresión, de inmediato: âJazmin, qué le hiciste!â
Algunos profesores, que estaban en la puerta, también cambiaron de expresión y estaban a punto de intervenit, cuando Jazmin soltó a la chica.
La estudiante que antes gritaba de dolor, de repente exclamó âAh!â Sorprendida, se giró y movió el cuello, luego los brazos, y con una mezcla de sorpresa y alegrÃa miró a los demás: âEs increible, mi cuello y mis hombros ya no me duelen en absoluto.â